El término manejo de cuencas comienza a aplicarse en la región caribeña cerca de 1960. La gestión de cuencas hidrográficas se ocupa de la administración, investigación, análisis, diagnóstico y ejecución de medidas multidisciplinarias dentro de una cuenca hidrográfica.
El pasado 30 de abril fue anunciada con mucha fanfarria la formación del Consejo de Cuenca del río Nizao en una ambigua nota de prensa, con una foto sin los nombres de sus integrantes, como si esto no fuera importante, porque se encargarán de ejecutar la asignación de más de mil millones de pesos que tampoco se dice si se serán solo para la cuenca del Nizao o si se incluye las demás señaladas como prioritarias.
Para poder llevar a cabo una gestión exitosa de una cuenca son necesarios grupos de trabajo multidisciplinarios, con expertos de muy variadas áreas que cooperen entre sí para una gestión y procesamiento eficiente de los diversos fenómenos naturales, sociales y económicos que ocurren dentro de la unidad territorial donde estén interactuando.
En diciembre pasado, el INTEC sugirió que en vez del uno por ciento fuera un diez por ciento lo invertido en la protección de las cuencas hidrográficas, pero no aclara tampoco la nota a cuánto equivalen los millones de pesos del total en dólares a invertir en el pacto del agua.
Ya hemos advertido que las presas no producen agua, sino los bosques de las cuencas hidrográficas. Por lo tanto, hace falta una gestión transparente y organizada para que las cuencas puedan cumplir con su función ecológica.
Desde su nacimiento en Valle Nuevo hasta su desembocadura en el municipio de Nizao son muchos los actores implicados en el manejo de esta cuenca y es complicada la labor. Esperamos todos tengan voz y participen de tan importante tarea para beneficio del país.
Angela Guerrero. Bióloga. Botánica. UASD.
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