Puerto Rico puede perder el emblemático islote de Palominito, una referencia turística en la costa este del territorio caribeño que va camino de convertirse en historia a causa de la erosión que arrastra su arena y el aumento del nivel del mar.
Islote Palominito
Ricardo Colón, oficial de manejo de reservas naturales del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, señaló a EFE que el islote, famoso por haber servido de escenario para producciones de Hollywood como Piratas del Caribe, pierde año a año arena y superficie, una tendencia que parece irreversible a causa del cambio climático.
La islita, aunque la mayoría no pueda identificarlo, ha llegado a muchas partes del mundo por medio de escenas grabadas en la cuarta entrega de Piratas del Caribe y en el vídeo musical Calypso del artista puertorriqueño Luis Fonsi, en este último caso ya con muestras claras de declive.
Palominito está situado a unos 600 metros de la isla de Palomino, mucho más grande que la primera y localizado frente a la costa de Fajardo, municipio del este de Puerto Rico.
Los huéspedes del emblemático hotel El Conquistador de Fajardo, uno de los más conocidos de todo Puerto Rico, pueden trasladarse en minutos a Palomino y Palominito, lo que ha hecho de esta isla y su pequeño islote una referencia turística durante décadas.
Allá por el año 2000, Palominito contaba todavía con vegetación y hasta palmeras que le daban un aspecto paradisíaco que atrajo la atención de Hollywood para filmar allí tomas de películas, una imagen que en los últimos años pasó a ser historia una vez que se convirtió en solo una pequeña franja de arena que, incluso, llega a desaparecer según la mareas y la época del año.
Erosión
“La arena se pierde a causa de la subida del nivel del mar”, subraya Colón, para quien otros factores como el paso cercano de las embarcaciones que enlazan la costa de la isla principal de Puerto Rico con las de Vieques y Culebra no puede considerarse factores decisivos de deterioro, tal y como se había escrito en algunos medios.
La erosión causante de que se pierda la arena es un proceso motivado por eventos
naturales tales como mareas e huracanes, según explicó el ecólogo.
“El futuro es sombrío a causa del cambio climático causante de que suba el nivel del mar”, subrayó.
Colón dijo que algunas personas han tratado de plantar árboles como forma de controlar la erosión, pero aseguró que éstos han acabado finalmente en el agua a causa del viento, el oleaje y la dificultad para que puedan sobrevivir cuando por debajo de una ligera capa de arena aparece inmediatamente el agua, lo que hace imposible que echen raíces.
Huracanes
El funcionario matizó que otro problema es que Puerto Rico, cada vez con mayor frecuencia, sufre el embate de huracanes, en la temporada que va de junio a noviembre, pero también en el resto del año los efectos indirectos de tormentas del norte localizadas en Estados Unidos, cuyas corrientes también contribuyen a la pérdida de arena.
Colón destacó que aunque pueda parecer difícil de creer hace solo 25 años en Palominito había una vegetación de arbustos y palmeras que daba cobijo, incluso, a algunos seres vivos como lagartijas, un paisaje que ya es historia.
Entonces había vegetación leñosa y palmeras cocoteras, que ofrecían resguardo del fuerte sol caribeño, recordó.
En este momento, en el mes de septiembre, debido a una conjugación de mareas altas y elevadas temperaturas del agua se produce una expansión que hace que el islote desaparezca, aunque con fortuna en diciembre volverá.
En 2012, Palominito sufrió una combinación de alza del nivel del mar, calentamiento del agua y fuerte oleaje por los frentes fríos del norte, lo que supuso un primer aviso de lo que podía pasar en el futuro.
Poco después, en 2015, se produjo una alza en el nivel del mar que ya afectó de forma importante a Palolimito, un anticipo de lo que iba a ocurrir muy poco después.
La práctica desaparición de la islita a impactado en Puerto Rico dado que se trata de un lugar referencia de esparcimiento para quienes durante décadas se han acercado a este enclave natural, de recreo y que ha servido por su aspecto paradisíaco como marco para grabaciones cinematográficas, lo que algunos temen no vuelva nunca a ocurrir si, finalmente, queda cubierto por el agua.
Alfonso Rodríguez
EFEverde