Validados la Intuición y el Sentido Común
En todos estos años se ha acusado al movimiento “Ecologista” de ser catastrofista, por describir los posibles cambios ambientales que se producirían de continuarse/generalizarse las formas de producción/consumo de la sociedad industrial.
El proceso de industrialización arropo a casi todas las esferas de la vida, la agricultura no fue la excepción; Hoy se calcula que contribuye con el 30.9% de las emisiones de los gases que provocan el calentamiento global [1].
En su versión industrial, la agricultura aporta el 25% del principal gas que produce el efecto invernadero, el bióxido de carbono resultante de la deforestación y la quema de biomasa. Los rumiantes domésticos,
II – La Agricultura industrial
Los incendios forestales, el cultivo de arroz en los humedales y los productos de desecho (vertederos/tiraderos) producen la mayor parte del metano que hay en la atmósfera, a la vez que la labranza convencional y la utilización de fertilizantes generan el 70% de los óxidos nitrosos.
En la actualidad no hay dudas de los cambios que provocan estos gases, la inicial intuición y el sentido común que alimento a los que primero señalaron las posibilidades de cambios negativos; tuvo que esperar para legitimarse, el veredicto de la “ciencia”, el aval oficial de los “expertos” que, en su cuarto informe (2007) [2] presentaran evidencias de los cambios:
• Aumento de la temperatura del aire y del Océano.
• Deshielo generalizado de hielos/nieves.
• Aumento Promedio del nivel del mar.
Ritmo Made- In ONU
La versión oficial del cambio climático, se mueve a través de un tortuoso, costoso/burocrático mecanismo.
El protocolo de Kioto tardo ocho años desde su aprobación, hasta entrar en vigencia (1997-2005), no siendo asumido por los países más contaminantes. Sin tomar en cuenta las recomendaciones de sus expertos que proponían la necesidad de reducir las emisiones de CO2 entre 50-85% para mediados de siglo, el Protocolo acordó como meta reducir un 5% de las emisiones de 36 países desarrollados, teniendo como referencias base las emisiones producidas en 1990.
Como muestra de su inoperancia, del 2000 al 2005, las emisiones globales de gases aumentaron un 15%, según el informe de EDGAR. [3]
III – El que contamina Paga
“El que contamina paga” Se ha querido colar como una especie de principio universal. Es en realidad uno de los tantos instrumentos utilizados por la sociedad industrial, con el objetivo de armonizar sus actividades con el ambiente.
Se han adecuado e uniformizado las Leyes Ambientales Nacionales, para reconsiderar como
servicios las diversas funciones prestadas por los sistemas naturales.
En sociedades donde predominan los servicios, el mercado y el dinero; todo tiende a expresarse monetariamente… En forma de incentivos económicos, algunos entienden que, solo así podría restaurarse la perdida responsabilidad ciudadana; con la ayuda del dinero recuperado por los daños ambientales producidos.
Con los incentivos económicos, se intenta sustituir las medidas de tipo regulatorias, que establecen normas/niveles críticos de emisiones y controles que deberían ser cumplidos, para evitar posible penalización.
Los primeros trabajos que sugieren el concepto de impuesto ambiental, se remontan a 1920 cuando el economista británico Arthur Cecil Pigou publicó The Economics of Welfare (La economía del bienestar), donde trata el «efecto externo» de un acto de producción o consumo. [3]
IV – Reescribir la Economía
Llamadas hoy por muchos, “externalidades”, son el reconocimiento de que los procesos productivos están interrelacionados con múltiples factores: Biológicos, sociales, ecológicos… Factores que con diferentes mecanismos, los economistas intentan internalizar como para corregir la falta cometida al separar artificialmente factores que forman parte de un proceso único e inseparable.
Entiendo cómo E. Goldsmith [4] que, “cuando lo que se trata de internalizar es la propia capacidad de la tierra para sostener la vida, se hace necesario reestructurar los conceptos básicos, de manera tal que puedan abarcar lo que anteriormente era externo”, proponiendo la necesidad de reescribir la economía a la luz de una teoría unificada de la Ecósfera.
Su Propia medicina
El cambio climático es un fenómeno global, que como siempre, ya afecta a los más vulnerables, el Caribe como territorio Insular está en ése globo.
Otros países no sienten la misma presión a pesar de ser los más contaminantes. No se aplican los criterios elaborados por ellos “el de contamina paga” intentando siempre hacer trampas “mecanismos de flexibilización”, comercializando con el derecho de contaminar o financiando sumideros de carbono.
Somos parte del movimiento que, ha asumido de manera espontánea, un estilo de vida simple; con formas de producción/consumo limpia. Con esa actitud se pretende revertir los daños ocasionados, sin certidumbre alguna ya que lo asumimos como un compromiso moral y ético.
En víspera de la 15Va. Conferencia de las partes, en Copenhague, el panorama se ha complicado, algunos países “emergentes” han optado por hacer más de lo mismo; aumentando sus emisiones. No se vislumbra que se trasciendan las medidas de comercialización de emisiones y se acuerden compromisos legalmente
V – Vinculantes, que den paso definitivo a las reformas estructurales necesarias.
1. Jessica Bellarby et.al.(2008) Cool Farming: Climate impacts of agriculture and mitigation potential. University of Aberdeen- Greepeace Org.
2. Cuarto informe Climático, Panel internacional de expertos. Del cambio climático; OMM y PNUMA, Organización meteorológica mundial,2008
3. Aurélien Bernier(2007) ¿Hay que quemar el Protocolo de Kioto? Cuando contaminar se convierte en un derecho Emisión Cono Sur Número 102 – Diciembre .
4. Edwar Goldsmith. (1999) El Tao de la Ecología “Una vision Ecológica del Mundo” Icaria.
Por: Rodolfo Pierre G.
Grupo vivencial gaia