La India ha sufrido una importante ola de calor durante las últimas semanas. Aunque la situación parece mejorar según el servicio meteorológico indio (IMD), las condiciones siguen siendo desfavorables en muchas áreas. Las olas de calor han perdido la etiqueta de “severas” pero siguen dándose en algunas bolsas del país. India no no es ajena a las olas de calor, pero éstas son más habituales en el periodo entre mayo y junio, lo cual implica que esta última ola ha llegado antes de lo previsto. Este abril el país ha visto la temperatura media superar en 1,36ºC la media de los abriles entre 1981 y 2010.
Por qué tanto calor. Desde hace años sabemos que el cambio climático implicará un aumento de la temperatura media global. Uno o dos grados no parecen mucho, pero uno de los principales problemas que esto acarrea es que aumentará la frecuencia y gravedad de eventos extremos: sequías, inundaciones, huracanes… y por supuesto olas de calor. Olas que afectarán a todos los países de forma distinta a como lo venían haciendo, especialmente por los distintos niveles de humedad. 2015 fue el año con más días de olas de calor en España desde 1975 (29). Los años posteriores han llegado hasta 25 (2017) y 18 (2020).
En la India. El exceso de temperaturas en la India ha afectado a distintas regiones, desde el este de la India hasta zonas de Pakistán, pasando por la zona central del subcontinente y el este de la India. Muchas de estas regiones batieron récords de temperatura. En la región noroeste, el promedio de máximas fue el más alto desde 1901, con una temperatura media también solo superada por los registros de 2010. En el este y noreste la media fue la más alta registrada desde 1901.
Las olas de calor pueden tener efectos directos en la salud y el bienestar, pero ese puede ser un problema menor en el caso español, entre otros motivos porque la falta de humedad en el ambiente juega en nuestro favor. Hasta cierto punto. Sabemos que la combinación de calor y falta de humedad tiene un gran peligro asociado: los incendios. Y son cada vez peores.
Por si fuera poco, también llega el fuego. El Sistema Global de Información sobre Incendios (GWIS) sitúa a la India y Pakistan como un área candente, tanto en términos de riesgo de fuego como en el de incendios activos (llegaron a 300 en abril) El cambio climático agravará el peligro de incendios, tanto al hacerlos más frecuentes como al hacerlos más graves. Los fuegos descontrolados en España y la península han sido siempre parte de las noticias veraniegas, pero cada vez más en el contexto internacional. El caso más reciente es el de los incendios de Australia con los que empezó 2020.
Superincendios. Lo cual nos lleva a los denominados incendios de sexta generación, los también llamados superincendios. Se trata de incendios forestales de gran potencia en los que la interacción entre el incendio y las condiciones climáticas y atmosféricas es especialmente importante. En la memoria de muchos estará el incendio de Sierra Bermeja, que durante mes y medio en 2021 causó estragos en la provincia de Málaga y se cobró la vida de un bombero que trabajaba en su extinción.
No fue el primer incendio de este tipo en la península. En 2017 un incendio en Pedrogão Grande, en el centro de Portugal, dejó 66 muertos y más de 24.000 hectáreas arrasadas. Estos incendios pueden llegar a ser un problema que afecte a la totalidad de la península.
Un aviso tras otro. Cabe recordar también que los incendios, además de ser peligrosos para las personas que puedan verse atrapadas por las llamas, generan emisiones de distinto tipo, entre ellas gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano. También partículas microscópicas que afectan a la salud y son un peligro para muchos. El clima es un sistema complejo, repleto de interacciones, en ese sentido no muy distinto de un superincendio. Las medidas preventivas a tomar pueden variar mucho, pero conviene hacer referencia al dicho: «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar… «.
Aun cuando tu vecino viva a 8.000 kilómetros.