La industria turística dominicana empieza a preocuparse por el impacto que ejerce sobre el medioambiente. Y no es para menos, pues solo en las localidades de Bávaro y Punta Cana, provincia La Altagracia, se producen cerca de 400 toneladas diarias de basura, un acelerado ritmo de consumo que amenaza con destruir a largo plazo los recursos naturales que llenan de riqueza y esplendor la zona.
Los esfuerzos visibles de parte de los hoteles dominicanos para afectar su entorno lo menos posible se empiezan a notar desde hace unos cinco años, cuando varias empresas turísticas se percataron de las oportunidades competitivas que puede reportar el llamado turismo sostenible.
Y es que la implementación de sistemas que permitan reducir el impacto negativo de los desechos, así como la generación de energías renovables, pueden incidir en la preferencia de los clientes. “Los turistas que vienen de países desarrollados son exigentes y ya están acostumbrados a pedir ese tipo de controles (medioambientales)”, dice Arturo Villanueva, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Hoteles y Turismo, Asonahores.
Las iniciativas encaminadas a brindar un servicio turístico más verde son reconocidas por las listas internacionales de turismo sostenible, las cuales a su vez son consideradas por los turoperadores a la hora de elegir cualquier destino, comenta Felipe Beltrán, profesor de Márquetin Hotelero en Unibe y presidente de Ecoservices Dominicana, una organización que promueve el cuidado del medioambiente, especialmente en la zona este del país.
Dificultades
Según los estudios de Ecoservices, uno de los problemas más graves del área turística de la provincia La Altagracia es el manejo de los desechos finales, ya que existen numerosos vertederos improvisados sin los debidos controles sanitarios, lo que no solo amenaza el entorno natural, sino a las comunidades cercanas.
La entidad calcula que se producen diariamente 2.5 toneladas de basura por cada 500 habitaciones de hotel, por lo cual el turismo genera el 80% de la basura de la zona. Solo el vertedero Geromsa-fospuca cuenta con la autorización del Ministerio de Medio Ambiente y los debidos controles para el manejo de desechos, pero se encuentra en un área muy apartada.
“La solución podría ser la creación de un centro de transferencia más cercano, donde se puedan separar los residuos, aprovechar el material reciclable, botellitas plásticas, plástico duro, galones, latas, metales, cartón, papel, hacer compostaje con residuo orgánico para abono, y enviar al vertedero en grandes camiones lo que no se pueda recuperar, evitando tantos viajes con poco material”, propone Beltrán.
Iniciativas
Sin embargo, no todo es negativo. Existe en la industria turística un creciente deseo de adaptar sus procesos para ser más amables con el medioambiente. Según Felipe Beltrán, existen aproximadamente 20 hoteles dominicanos que cuentan con certificaciones de turismo sostenible expedidas por instituciones internacionales como Biosphere y Green Globe.
Pero Beltrán recuerda que este tipo de medidas no exige grandes esfuerzos económicos para las empresas de servicios, ya que a la hora de reducir o reutilizar materiales se alcanza una disminución de costos. “Otra de las ventajas del turismo sostenible es que se paga por sí solo”.
Una forma adicional con la que se puede impactar lo menos posible al medioambiente es la generación de energías renovables, esas que no hacen uso de recursos agotables de la naturaleza y que no expulsan desechos nocivos para la salud del planeta. En ese aspecto la industria turística se encuentra trabajando, pero con menor intensidad que con el manejo de la basura que se genera.
La razón principal de que no se apliquen con rapidez sistemas de abastecimiento energético verde es el alto costo en el que hay que incurrir, sin embargo existen empresas turísticas que contemplan la posibilidad de instalar paneles solares, como el Grupo Puntacana, según Arturo Villanueva.
Uno de los hoteles que se han interesado por el cuidado de su entorno natural es el Excellence Punta Cana, el cual empezó un intenso proceso de reciclaje desde hace ocho meses. Claribel Peña, gerente de Grupos y Bodas de ese hotel, explica que han destinado varias zonas de acopio de botellas plásticas y papel, y semanalmente realizan una intensiva campaña de limpieza.
Por otro lado, Peña explica que una de las principales dificultades para sacar adelante el proyecto es la falta de educación en el país sobre la importancia del cuidado medioambiental. “El hotel se ve beneficado, porque además de que tenemos unas áreas más limpias, estamos ayudando al medioambiente y a la obtención de playas más limpias y un aire más purificado”.
Biosphere y Creen Globe
Dos de las entidades internacionales que acreditan los proyectos turísticos encaminados hacia la sostenibilidad son Green Globe y Biosphere.
El programa Biosphere Responsible Tourism es uno de los programas pioneros de certificación turística sostenible, con 15 años de experiencia.
Green Globe nace en 1992 como uniciativa de las Naciones Unidas durante la Cumbre de Río de ese año. Su misión es “promover la sostenibilidad en los negocios de turismo bajo los principios de protección de los recursos de la naturaleza, responsabilidad social y rentabilidad financiera.
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TURISMO SOSTENIBLE
La Organización Mundial del Turismo (OMT), institución de Naciones Unidas, tiene por objetivo la promoción de lo que llaman turismo responsable, sostenible y accesible para todos. Esto implica que las actividades del sector tienen que encaminarse hacia el crecimiento económico, desarrollo incluyente de la población y cuidado del medioambiente.
La OMT acredita a otras organizaciones que a su vez supervisan las actividades turísticas a nivel mundial, las cuales ofrecen sus evaluaciones a las actividades del sector en sus diferentes vertientes. Dos de ellas son Biosphere y Green Globe.
Preocuparse por el medioambiente puede reportar importantes beneficios.
Entre los más destacados se encuentran una mejoría de la imagen de la empresa turística y un aumento de los niveles de la competitividad. Además se pueden señalar aspectos como la mejora de la eficiencia por medio de un mejor aprovechamiento de los recursos y el beneficio de las comunidades vecinas, a través del cuidado del entorno.
La satisfacción de las comunidades locales tiene una repercusión positiva sobre los proyectos que se asientan en el área, ya que vela por la preservación de los aspectos culturales del destino y supone una fuente de ingresos para la gente que vive en las proximidades. Favorece la aceptación de la empresa por las comunidades anfitrionas.
Por: Windler Soto
Vía: Listín Diario