En el extremo suroeste de la provincia Peravia, con las aguas de la bahía de Las Calderas al norte y las del mar Caribe al sur, se encuentra el sistema de dunas más grande del Caribe insular: 20 kilómetros cuadrados de valles y montículos de arena amarrilla salpicados de pequeños -y a veces no tanto- matorrales verdes.
Es el monumento natural Las Dunas de Las Calderas, declarado área protegida por el decreto 233 de 1996 y ratificado por la Ley de Medio Ambiente en el 2000.
El sendero “oficial” para conocerlo se llama Santanilla.
A lo largo de 1.5 kilómetros verá, además de mucha, mucha arena generada en el Pleistoceno con sedimentos de los ríos cercanos (una arena rica en cuarzo y feldespato); plantas propias de una zona desértica, aves y una que otra lagartija.
Recorrer el pequeño desierto pasará de ser una aventura “bonita” a una experiencia inolvidable cuando decida conocer las dunas desde arriba.
De hecho, “escalar” la pared de la duna más alta, que alcanza los 30 metros, es el momento más emocionante de una excursión al principal atractivo ecoturístico del municipio de Baní. ¿Por qué?
Porque el viajero ve la pared y cree que será fácil “treparse” en ella. Es sólo arena, piensa. Hasta que comienza a subir y la arena le rodea los pies, los tobillos y buena parte de las piernas. Luego empieza a sudar y a sofocarse y ligeras groserías escapan de su boca. Ya en la cima dice: “No, no era tan fácil, pero ¡tampoco imposible!”.
Ahora, si olvidó que la arena se calienta con el sol, lamentará conocer las dunas en una hora “pico”.
Una vez los diminutos granitos entran a los tenis o sandalias y no tiene más remedio que ayudarse con los brazos, sentirá como que miles de agujas calientes le perforan las extremidades. Y ay si pierde el equilibrio y cae: ¡arena, arena caliente por todo el cuerpo!
Por suerte, no hay cabida para las quejas una vez arriba. La recompensa es observar desde allí, desde un único punto, tres llamativos paisajes del sur dominicano: el dibujo de las ondas dejadas por el viento en la arena amarilla, el azul intenso de las aguas de la bahía de Las Calderas rodeadas de verde, y el azul claro del mar Caribe que entre ola y ola deja al descubierto una enorme franja de arena negra.
Los alrededores
Conocer las dunas de Baní forma parte de un paseo que incluye una visita a la playa de Salinas (con sus arenas negras y saladísimas aguas que corren casi a ras de la carretera) y a la mina de sal de Puerto Hermoso.
En la zona, en la que abundan los hoteles y restaurantes, funciona la Base Naval Las Calderas.
PARA TOMAR EN CUENTA CÓMO LLEGAR.
UBICACIÓN.
El monumento natural Las Dunas de Las Calderas se localiza a unos 115 kilómetros al oeste de Santo Domingo, entre el poblado Las Calderas y Punta Salinas. Tome la autopista 6 de Noviembre hasta Baní y allí la carretera Máximo Gómez hacia la comunidad de Salinas. Al pasar las comunidades de Matanzas y Las Calderas, los letreros le indicarán la entrada al área protegida.
HORARIO.
De lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. Sábados y domingos de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde. Los guías recomiendan visitar las dunas antes de las 10:00 de la mañana y después de las 4:00 de la tarde.
TARIFA.
50 pesos dominicanos y extranjeros. Este aporte se paga en la caseta de entrada, a la que se accede por la carretera Máximo Gómez.
QUÉ LLEVAR.
Ropa cómoda y ligera, agua, gorra, bloqueador solar y zapatos cerrados.
Por: Yaniris López
http://www.listin.com.do/