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El ministro de Agricultura, Ángel Estévez, anunció este martes el inicio de la última etapa del protocolo para la erradicación de la mosca del Mediterráneo, que ha sido implementado siguiendo todas las recomendaciones de los técnicos del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal de los Estados Unidos (APHIS, siglas en inglés).
Como parte del proceso, se procederá a fumigar el área del Aeropuerto Internacional de Punta Cana (AIPC) donde se localiza el foco de la plaga, así como a la liberación masiva de ejemplares machos, que tienen la facultad de esterilizar a las hembras cuando las copulan, neutralizando así su reproducción.
En ese sentido, el funcionario indicó que ya llegaron al país los primeros dos mil litros del fungicida FG-120, un atrayente que extermina a las hembras del insecto sin afectar a las demás especies, ni tampoco a los seres humanos. Adelantó que en esta misma semana se esperan otros 16 mil litros del producto.
De acuerdo con una nota del Ministerio de Agricultura, Estévez explicó que “para concluir con el proceso de control y erradicación de la mosca se liberarán 100 millones de machos estériles”, que serán importados de Estados Unidos.
Estévez reiteró que no existen focos de incidencia de la mosca fuera de la zona donde fue detectada, que se limita a un radio de 22 kilómetros alrededor de la terminal aeroportuaria, donde técnicos de la institución mantienen un monitoreo y estricto control del brote.
El funcionario afirmó que Agricultura aplicó el mismo protocolo internacional que se adopta en otros países miembros del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA).
Explicó que la primera fase del proceso consistió “en la identificación exhaustiva y estricta del área afectada, seguido por la eliminación de los hospederos del insecto, mediante la poda de árboles y colocación de trampas” en todo el entorno del AIPC.
En declaraciones al programa “Seguridad y defensa hoy”, de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), Estévez dijo que Estados Unidos mantiene la prohibición a la importación de aguacates, tomates, pimientos, lechosas y otras frutas y vegetales dominicanos, aunque no se ha detectado la presencia del insecto en los productos que se exportan a esa nación.
Informó que para prevenir el contagio de plagas, hongos o bacterias endémicas de otras naciones, hay estrictos controles en los puertos y aeropuertos, mientras se trabaja en la elaboración de un material informativo que será entregado a los pasajeros, indicando los productos agrícolas impedidos de entrar a suelo dominicano.
Costo de la mosca, el secreto mejor guardado
Algo que omitió precisar el ministro Estévez es el gasto que conlleva adquirir tanto los fungicidas y demás agroquímicos, como los ejemplares machos de la mosquita, además de toda la logística requerida para contrarrestar la plaga, en función del protocolo recomendado por los técnicos estadounidenses y de varias entidades especializadas.
Hasta el momento también se desconoce cuánto se ha invertido en las medidas preventivas que han estado implementando las autoridades, tales como el cordón sanitario que se dispuso en torno a las inmediaciones del AIPC y la incineración de decenas de toneladas de frutos que se consideran hospederos del insecto, en los complejos turísticos y residenciales aledaños a la zona.
Otra inversión cuyo monto tampoco se ha precisado fue la compra de 5,000 trampas para este tipo de insectos, que según ha dicho el funcionario se han estado colocando en las regiones productivas a fin de evitar la propagación de la “Ceratitis capitata”, una de las especies de mosca de la fruta más nocivas del mundo.
Las autoridades también han manejado con hermetismo las informaciones concernientes a cómo pudo ingresar la plaga a la zona de Punta Cana, pese a los controles sanitarios en las terminales aeroportuarias, o de qué país provinieron los frutos infectados.
Según fuentes del Ministerio de Agricultura, para determinar este último aspecto se habrían enviado muestras del insecto al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entidad que dispone de la tecnología de punta para esterilizar a los especímenes machos de la Moscamed, lo que se hace mediante el uso de energía atómica.
