Por: Simón Guirrero
A finales de agosto tuvo lugar en Mérida, Yucatán, la 4ta. Conferencia Mundial sobre Restauración Ecológica, en el marco de la 20va. Reunión Mundial de la Sociedad para la Restauración Ecológica (SER). SER es una ONG internacional cuya misión es promover la restauración ecológica como una forma de sostener la diversidad de vida en la Tierra y lograr el restablecimiento de una relación ecológicamente sana entre la naturaleza y la cultura.
La Sociedad cuenta con más de 2000 miembros activamente involucrados en la recuperación y el manejo ecológico de los ecosistemas, entre los que figuran científicos, arquitectos, manejadores de áreas naturales, filósofos, maestros, grupos indígenas y activistas de la conservación de prácticamente todos los estratos sociales. Fue incorporada en 1988, y está representada en 71 países y en los 50 estados de EUA, con doce capítulos que cubren Norte América, Europa, Australia y Asia. Es reconocida, tanto en el sector público como en el privado, como una fuente altamente calificada de conocimientos científicos, políticas y ejecutorias en materia de restauración ambiental, y trata de alcanzar sus objetivos mediante la colaboración con instituciones similares como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD) y la Convención Rámsar sobre Humedales.
El tema de este año fue «Restableciendo el vínculo entre la Naturaleza y la Cultura». Fue un evento multitudinario, con 15 salones funcionando simultáneamente, con 700 expositores y unos 1500 asistentes. Tuve el honor de representar al Ministerio de Medio Ambiente de RD, con una ponencia sobre «Restauración Ecológica en zonas urbanas y semiurbanas con criterios biológicos y culturales».
En dicha ponencia se reseñaron algunas iniciativas implementadas en el país con criterios etnobotánicos por diferentes instituciones del Estado en las últimas dos décadas: la iniciativa de profesores y estudiantes de la UASD en los ochenta; el proyecto implementado por el Museo de Historia Natural en 1985, para convertir la Plaza de la Cultura en un arboretum de plantas nativas y endémicas; la siembra de tres Ceibas (árbol sagrado para los Taínos y los Mayas) en la Plaza de España en 1994, a cargo de la Dirección Nacional de Parques, el Jardín Botánico y el Patronato de la Ciudad Colonial; la arborización con plantas nativas de la Plaza de San Antón, también en la Ciudad Colonial, implementada por el Patronato de la Ciudad Colonial, el Jardín Botánico y el Parque Zoológico; la siembra de árboles nativos relacionados con la historia y la cultura dominicanas en los alrededores del Museo del Hombre Dominicano en el 2004, iniciativa de la gobernación y la dirección de los museos de la Plaza y el Jardín Botánico. De estos esfuerzos sobreviven a las ferias del libro un memiso, un higüero y una ceiba que se niega a morir; también las prácticas del ayuntamiento del DN, que incluyen plantas nativas y endémicas y la creación de senderos interpretativos alusivos a la cultura dominicana. Por último, se mostraron los resultados de las restauraciones de humedales en áreas urbanas implementadas por el Ministerio de Medio Ambiente, en las cuales se conjugan naturaleza y cultura.
La importancia de estas iniciativas, como suele ocurrir, ha tenido más aceptación en el ámbito internacional que en el ambiente local. El sector oficial de nuestro país (en todos los gobiernos) nunca ha sido eficiente promoviendo las cosas buenas que hace. Los asistentes a esta presentación mostraron gran interés por este proyecto, sobre todo por la participación de la gente que vive cerca de las áreas restauradas, la recuperación de lugares de recreación para comunidades pobres y su contribución a la generación de empleos y al desarrollo sostenible. Una estudiante de postgrado del Laboratorio de Restauración Ecológica de la Escuela de Estudios Ambientales de la Universidad de Victoria, Canadá, que asistió a la conferencia, nos invita a colaborar con un proyecto de investigación sobre «Cómo contribuye la Recuperación Ambiental a modificar la calidad de vida de las Áreas Urbanas de bajos Recursos», porque considera que los trabajos ya realizados en la RD constituyen una contribución real al modelo que ellos están investigando. Ojalá esta iniciativa tan valiosa no sucumba y prevalezca el principio de continuidad en los asuntos de estado.
Vía: Diario Libre