En los últimos trece años República Dominicana ha tenido un ritmo promedio de siembra de 6.9 millones de árboles anuales, si se toma en cuenta que desde 1997 a la fecha se han plantado 90 millones de unidades de distintas especies.
Si el país lograra incrementar a diez millones la cantidad de plantas “colocadas en tierra”, cuidándolas y protegiéndolas, podría entonces contribuir a que en un lapso de 15 años existan las condiciones óptimas para enfrentar las consecuencias de los efectos del cambio climático.
La reforestación es la mejor carta a presentar cuando se habla de enfrentar las secuelas del calentamiento global. De acuerdo a datos ofrecidos a El Caribe por el director del Plan Nacional Quisqueya Verde, José Enrique Báez Ureña, el porcentaje calculado de mortalidad de los árboles sembrados se estima entre un 20 y un 30%.
República Dominicana es un gran demandante de productos forestales, tiene potencial para generar mucha madera, pero apenas suple hasta ahora el 12% de los requerimientos internos. La otra parte tiene que importarla.
Por ello, algunos estudios sobre la materia sugieren que diariamente los dominicanos introducen desde otras naciones productos forestales por un valor de un millón de dólares. Significa que en un año por ese concepto se mueven entonces US$365 millones (unos RD$18,250 millones).
El director de Quisqueya Verde sostiene que se trata de una cantidad muy inferior, es decir, unos 150 millones de dólares anuales.
Desde el año 1998 la institución trabajó una tabla de regionalización ecológica de las especies a utilizar, o sea, se hicieron análisis de cuáles eran las especies propias de cada región del país, de suerte que cada una de esas zonas tenga los tipos de plantas “que mejor le ajustan”, tomando en cuenta una serie de condiciones.
En estos momentos se fomentan las especies nativas y endémicas, como el pino criollo, caoba, cedro, roble, catá, penda, ceiba, jagua, juan primero, mara, jicaco, almendro, cabirma, cigua, guama, samán, álamo, baitoa y candelón, entre otros.
El director de Quisqueya Verde sostiene que en el país no hay razones para hablar de niveles de desertificación, “sino que hay territorios, zonas secas o áreas a los cuales, si no se les presta atención a través del cuido de la vegetación, pueden caer en un estado que avance hacia lo que es la desertificación”.
Una opinión similar tiene el presidente de la Cámara Forestal Dominicana, José Elías González.
“La población en general está muy interesada en recuperar la cubierta boscosa y hacer que ésta sirva para los fines de servicios ambientales, por un lado, y por el otro para la producción y la industrialización”.
Desde su óptica, en la población no hay problema, pero sí algunos inconvenientes en las leyes, cuando del tema forestal se trata. “Tenemos la Ley 64-00, que es una ley marco, pero no tenemos una ley sectorial”, expone González.
Las expresiones de González indican que el país ha estado manejándose con un reglamento forestal, una norma para el manejo del bosque y una norma para permisos forestales, pero las mismas no dan garantía para lograr el financiamiento bancario y otros requerimientos que tienen los interesados en ingresar a la actividad forestal.
Informó que hay un anteproyecto que reposa en las oficinas de Medio Ambiente, “que se esperaba fuera comenzado a ser discutido una vez inició la actual legislatura en el Congreso Nacional. Báez Ureña expuso que diariamente recibe solicitudes de entidades y personas que quieren integrarse a los planes de reforestación del país”.
Estructura montada
Las jornadas de reforestación que lleva a cabo el Ministerio de Medio Ambiente, por vía de Quisqueya Verde, se realizan a través de frentes o proyectos en cuencas hidrográficas del territorio dominicano, dijo Báez Ureña. Un frente de reforestación puede estar conformado por una o dos brigadas o más.
En el país hay brigadas de reforestación en prácticamente todas las provincias. A las jornadas se unen las iglesias, los clubes, las Fuerzas Armadas, los medios de comunicación, los partidos políticos, las escuelas y las empresas, entre otros. El Plan Nacional Quisqueya Verde surgió en el año 1997, en el primer gobierno de Leonel Fernández.
Los bosques
Medio Ambiente ha detenido los incentivos otorgados por concepto de manejo de bosque, “por cosas que no andaban bien y se investigan”, dijo José Báez Ureña.
“Si el bosque produce, por ejemplo, cinco metros cúbicos de madera anual, no se le pueden extraer diez, sino dos”, sostuvo, sin en ofrecer más detalles. Mientras, el directivo de la Cámara Forestal Dominicana asegura que la detención de la ejecución de los planes de manejo de bosques desincentiva a la población a continuar sembrando.
Sostiene que los planes de manejo se llevan adecuadamente y la reforestación se está completando bien en el país.
Una precisión
José E.. González
Cámara Forestal
“Esas normas que existen no dan una seguridad a la población, porque pueden ser cambiadas por un funcionario fácilmente. En el caso de los planes de manejo si Medio Ambiente entendió que en algún plan de manejo de bosque existen anomalías debió ir directamente a ese plan, constatar lo que hay y tomar las medidas de lugar. No debió paralizar a todo el mundo y a gente que ha hecho una gran inversión”.