Los niveles de metano, que es el segundo gas en importancia de incremento de efecto invernadero atmosférico, tras el dióxido de carbono, son los más elevados de los últimos 650.000 años, según datos recogidos desde 1984 hasta 2009 en el Observatorio Atmosférico de Izaña, en Tenerife.
Así lo ha explicado a la Agencia Efe el físico Ángel Gómez, del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Además, según las medidas de metano, CH4, realizadas en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña entre julio de 1984 y marzo de 2011, la tasa de crecimiento de este gas pasó de aproximadamente aumentos de 13 partículas de CH4 por año y por cada mil millones de moléculas de aire seco entre 1985 y 1991, a prácticamente cero entre 1999 y 2006.
El nivel de metano volvió a aumentar a partir de 2006, produciéndose un incremento neto hasta 2008 de 15 partículas de metano por cada mil millones de aire seco, seguido de un aumento de 3 moléculas por cada mil millones de aire seco al año en 2009 y 2010.
La fracción de metano en la atmósfera era de 715 moléculas por cada mil millones de aire seco antes de la revolución industrial y en la actualidad es superior a las 1.800, indicó Ángel Gómez.
Se cree que la estabilidad entre 1999 y 2006 se debió a la aproximación a una concentración atmosférica estable de equilibrio asociada al balance entre unas fuentes y sumideros de metano constantes en el tiempo y la destrucción de este gas en la atmósfera.
El aumento posterior se achaca a un incremento de las emisiones de metano, añadió el investigador de la Agencia Estatal de Meteorología.
En cuanto a las causas del aumento de metano, Ángel Gómez indicó que, según estudios basados en datos de la red del programa de Vigilancia Atmosférica Global de la Organización Meteorológica Mundial, hay dos causas probables.
Una causa probable es que se debiera el aumento a las emisiones de metano superiores a la media en los humedales de las altas latitudes septentrionales durante 2007 debido a temperaturas excepcionalmente cálidas.
Otra causa probable son las emisiones tropicales durante 2007 y 2008 relacionadas con una precipitación superior a la normal en las regiones de humedales durante un episodio de La Niña.