P. Estimado Eleuterio: he escuchado que en la zona de la desembocadura del río Gran Estero, entre los Parajes La Lometa y Rincón de Molinillo hay un plan del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para la protección de un sistema de manglares. A parte de lo obvio que es la protección de éstos, ¿cuáles otras características o realidades hay en torno a estos espacios naturales?
R. Toda el área que me señalas, es un espacio natural muy singular desde el punto de vista ecológico y de gran valor para la biodiversidad y el desarrollo turístico de la zona donde se encuentra enmarcado.
La zona del Catey, donde se ha instalado el aeropuerto del mismo nombre, es una inmensa zona de humedales, donde hubo necesidad de rellenar con grandes volúmenes de caliche y arena para crear estabilidad en la pista de aterrizaje y por lo tanto merece una atención especial por el gran valor de los elementos envueltos.
En primer lugar está el gran humedal, protegido por la Convención Ramsar, que une la Bahía Escocesa con el curso principal del Río Yuna y cubre prácticamente toda la llanura entre Caño Colorado y Lometa, en cuyo centro está Rincón de Molinillo.
Como muy bien señalas, el Gran Estero es el caño o curso de agua del Yuna que se desvía y va a desembocar directamente al Océano Atlántico.
Muy pocos dominicanos saben que el Yuna tiene tres desembocaduras, la principal en la Bahía de Samaná (Sánchez), la del Río Barracote, en el otro extremo de la Bahía de Samaná (Cristal) y la del Gran Estero por la Bahía Escocesa.
Por otro lado, el área del Catey es un brazo de mar recién desaparecido y que apenas hace algunos años que cerró, pues en los tiempos de la Colonia, hace 500 años, se cruzaba en embarcaciones desde la Bahía Escocesa hasta la Bahía de Samaná.
Pero el mayor valor reside en la riqueza biológica asociada, principalmente las aves migratorias que utilizan como hábitat natural estos humedales, los manglares y el único bosque de Drago de gran extensión que le queda al país.
Patos, yaguazas, reicongos, gallaretas, zaramagullones asociadas a las poblaciones más grandes de jicoteas para este tipo de ambientes, que se conocen en todo el territorio nacional. Por estos valores ecológicos tan evidentes, la zona acaba de ser declarada como Refugio de Vida Silvestre (Categoría IV – UICN).
Por: Eleuterio Martínez
Hoy Digital