¿Qué se puede vivir con un presupuesto menor? Claro que sí, pero ¿cuáles son las consecuencias? Eso equivale a decir, si un niño sietemesinos se salva, entonces, para qué esperar 9 meses?
¡Qué pena que seamos analfabetos ambientales funcionales!
Nadie puede engañar a la naturaleza. Para que en La Ciénaga y Los Guandules vivan 23,000 familias (110 mil personas), necesitan que el Parque Nacional Máximo Gómez en Baní – San Cristóbal, esté bien conservado, aunque ellas nunca lleguen a sospecharlo.
De no existir los parques nacionales Valle Nuevo y La Humeadora, ¿de dónde se traería el agua del Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste? ¿Qué pasaría con Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte sin un parque nacional Humedales del Ozama?
Por cada voladora que circula por la Ovando y cuatro carros del concho, se necesita una arboleda equivalente a la del Parque del Conservatorio. Ya el Campus de la UASD resulta insuficiente para la cantidad de minibuses que parten de su entorno hacia los cuatro puntos cardinales.
No sabemos cómo los arquitectos y los teóricos del urbanismo no alzan su voz, cuando en nombre del progreso se elimina toda la arboleda de una 27 de Febrero para que circulen más vehículos. ¿Qué se ha ganado? ¿Gastar menos gasolina a cambio de vivir 20 años menos de la vida útil asignada por la naturaleza?
Las torres de la Avenida Anacaona consumen todos los servicios ambientales de la Isla Saona por ejemplo y Canta La Rana de los Tres Brazos, tanta Agua como la que produce la Reserva Científica La Barbacoa.
Esa es la realidad, pero ¿cómo usted se la explica a un político que toda su preocupación es llegar al Palacio de San Carlos, a la Constructora Alfanex, que tiene que pagarle mensualmente a la Asociación Popular, al menos 12 o 15 millones de pesos?
Definitivamente, ¡a esos ecologistas, nadie los entiende!
Escrito por: Ing. Eleuterio Martínez (Especialista en recursos naturales)
Vía: Hoy