El pasado jueves la firma mexicana ITM Red Port presentó durante una vista pública su propuesta para desarrollar un muelle de cruceros en Cabo Rojo, que abarcaba, entre otras cosas, una estrategia de reubicación de corales, erizos y estrellas de mar, a fin de evitar impactar negativamente a estos organismos.
La empresa sostuvo que dentro del terreno de concesión del proyecto fueron encontradas diversas especies, citando el ejemplo de tres tipos de mangles: blanco, gris y botón, los cuales se encuentran ubicados en la zona de playa y alrededor de una laguna próxima al puerto de Cabo Rojo.
Jeni Campusano, coordinadora del estudio de impacto ambiental del West Cape Cabo Rojo, señaló que la empresa halló, además, 19 especies de aves con estatus diferentes y dos especies de reptiles que son endémicos. Sobre los humedales, Campusano señaló que existen varios, salvo en la zona que previamente fue impactada.
La propuesta para la construcción del muelle, que está sujeta a aprobación de las autoridades, abarca la limpieza del fondo marino del entorno, una exigencia plasmada en los términos de referencia otorgados por las autoridades. Los promotores indicaron que verificaron la presencia de llantas y metal en el fondo del mar.
La reubicación de corales y otros organismos
En los espacios donde se prevé un dragado (remoción de material del lecho marino) realizarían sondeos para reubicar organismos tectónicos mayores: medusas invertidas, erizos y estrellas de mar, además de pastos marinos.
“Estamos planteando reubicarlos antes de iniciar, con una estrategia de barrido para identificar los organismos, tras esto transportarlos con una metodología, cuidando las condiciones de donde los extraemos”, señaló el biólogo marino Alonzo Reyes, al tiempo que agregó que con la medida buscan evitar alterar la composición de los organismos.
El biólogo indicó que realizarían un monitoreo previo al inicio de la obra, a fin de evitar que las especies estén dentro del área de construcción. Adicionalmente, añadió, la empresa localizó puntos donde, a su juicio, es viable la reubicación de esponjas marinas y corales.
En la presentación del proyecto no se mencionó un extenso arrecife ubicado debajo del muelle que advirtieron grupos ambientalistas en una misiva enviada al Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, los promotores de la iniciativa informaron que tienen conocimiento del citado arrecife.
Alonzo Reyes aclaró que la información presentada sobre el muelle corresponde a datos del Ministerio de Medio Ambiente. “La intención que tenemos es recopilar la información existente de distintos entes como el gobierno, organizaciones que estén involucrados en este espacio y la información que recopilamos”, sostuvo.
Durante la vista pública ITM Red Port mostró estadísticas de una reubicación ocurrida en Port of Roatan, Honduras, que tardó alrededor de siete meses, período en el que fueron reubicados 3,022 corales, de los cuales han sobrevivido 2,107 organismos, para una supervivencia de 69.72 %.
Preguntado sobre si existen estadísticas de procedimientos parecidos en República Dominicana, Reyes dijo a Diario Libre que colaboran con el biólogo dominicano Osvaldo Vásquez, quien “ha participado en dos trasplantes de coral aquí con supervivencias mayores al 90 %”.
Hasta el momento se desconoce el costo que tendría esta clase de procedimientos en el país o del registrado en Honduras.
Un plan de cierre
El proyecto de muelle de cruceros en Cabo Rojo contempla un plan de cierre, de acuerdo a lo explicado por Jaime Lockward, especialista en planes de manejo y adecuación ambiental de la firma mexicana.
“El Ministerio de Medio Ambiente y las leyes exigen que cuando usted implemente un proyecto, ya no se deje como se dejó Cabo Rojo, a la libre y que se está destruyendo, sino que se apliquen los correctivos de lugar para que lo que quede ahí no afecte el medio ambiente”, manifestó, al tiempo que indicó que para que la empresa cumpla con lo estipulado, ambas partes firman un acuerdo notariado.
Los corales de Cabo Rojo, un “patrimonio universal”
Tras la presentación de la iniciativa, Teodoro Lara Castillo, del Grupo Ecologista Tinglar, instó a que se dejen a un lado las pasiones durante la discusión del proyecto y pidió tiempo para verlo a profundidad. “Cabo Rojo es un patrimonio del país y los corales son endémicos, al ser endémicos son un patrimonio universal”, señaló.
Yolanda León, del Grupo Jaragua, reiteró que el sector ambiental no está en contra del proyecto, sino que se realice encima del extenso arrecife de coral. “Ahí hay uno de los arrecifes más hermosos y sanos de República Dominicana, hay expertos que trabajan en todo el país y lo pueden corroborar”, señaló la también educadora.
En ese sentido se expresó el biólogo Rubén Torres, presidente de Reef Check, al señalar que el arrecife ha sido protegido durante años por el muelle, puesto que ni la pesca ni el buceo ha llegado a esa zona. “Nosotros decimos que hay otras ubicaciones que causan menos impacto negativo a la naturaleza y crean mayor beneficio para el pueblo de Pedernales”, manifestó Torres.
Más sobre el proyecto
En la actividad, la empresa presentó tres planes sujetos a consideración de las autoridades y la sociedad civil: las primeras dos abarcan muelles con tres posiciones de atraque, teniendo como punto negativo gran afectación al pasto marino por los trabajos de construcción.
La tercera opción, considerada por los promotores como más viable, abarca cuatro posiciones de atraque, en dos muelles. Esta iniciativa representaría mayor sencillez para maniobras de atraque, menor impacto en el volumen de dragado y menor proyección hacia el oeste por impacto a los ecosistemas.
West Cape Cabo Rojo tiene una inversión total de 97 millones de dólares. Tras su apertura, pautada para diciembre de 2023, se prevé un alcance de 300 mil pasajeros en el primer año.