Un alto temporal. Es lo que pide el sector ambiental del país a la apertura de nuevos delfinarios. Su postura es que se requiere una moratoria -por lo menos de cinco años-, hasta tanto se aclaren más las reglas relativas a la tenencia de mamíferos marinos en cautiverio.
La permanencia de mamíferos marinos (delfines, ballenas, manatíes) en confinamiento es regida en el país por la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente, y el reglamento sobre la «Tenencia, Manejo y Exhibición de Especies de Mamíferos Marinos» (aprobado en 2008), pero a consideración de expertos como Oswaldo Vásquez, de la consultora Asesoría Ambiental y Tecnología Marítima (Atemar); o de Enrique Pugibet, del Centro de Investigaciones de Biología Marina de la UASD (Cibima), es tiempo de hacer ajustes.
Pugibet, quien trabajó en el reglamento existente, apunta, por ejemplo, que se requiere incorporar elementos que no se consideraron en el momento, como establecer la capacidad de carga de las instalaciones que albergan a estos mamíferos y las ubicaciones de las mismas; mientras Vásquez aspira a que se evalúe a profundidad el funcionamiento de los delfinarios, y se amplíe el rango de los bancos marinos donde viven estos animales en condiciones naturales.
Si bien el planteamiento de la veda no es nuevo, resurge ahora, luego de que el Ministerio de Medio Ambiente autorizara la operación de un delfinario en la zona Este, cuya aprobación ha sido cuestionada.
Vázquez recuerda que el año pasado, junto a la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), solicitó a la Cámara de Diputados, vía la Comisión de Mar, que presidía Pelegrín Castillo, que emitiera una resolución que limitara la apertura de nuevos espacios de este tipo «hasta tanto organizáramos la casa». Y es que a su entender, «todavía en la República Dominicana no existen condiciones establecidas ni normativas claras para esta actividad».
La mora, entiende Pugibet, «hubiera dado oportunidad para que el mismo Ministerio, trabajando con su resolución, pudiera mejorar su capacidad de supervisar esas instalaciones, saber qué tenemos en esos delfinarios existentes y cómo se puede dar una mejor respuesta a la ciudadanía de lo que ellos hacen, para evitar este tipo de polémicas».
RD importa delfines
En 2008, cuando se publicó el reglamento, se prohibió la captura de mamíferos marinos en aguas territoriales dominicanas. Desde entonces, los delfines son importados. Cuba es el mayor proveedor de esta especie, pero se traen, además, de isla Tórtola, también en el Caribe. El intercambio se hace a través de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), a la cual la RD está adherida.
Pero esta maniobra resulta contradictoria para Vásquez. Se pregunta cómo es posible que «estemos de acuerdo en no extraer los animales desde el medio ambiente marino nuestro, y los importemos desde Cuba, que los adquiere en el mismo lugar donde está nuestra camada de mamíferos marinos».
«Es absurdo», comenta, y aclara -igual que Pugibet- que no se opone al cautiverio, siempre que se haga de manera correcta. Eso sí, rechaza que se capturen ejemplares de su hábitat natural para confinarlos al encierro. Lo ideal, dice, es que estos negocios se nutran de delfines reproducidos en cautiverio.
«El tema del manejo de especies silvestres en cautiverio es complejo, ya que tiene múltiples aristas. Particularmente los mamíferos marinos son especies migratorias, protegidas internacionalmente y en vías de extinción», enfatiza Vásquez.
El especialista refiere que durante las investigaciones han detectado que delfines reintroducidos en santuarios dominicanos del Atlántico se han movido hasta zonas de Haití. De ahí que, tanto Atemar como Fundemar hayan solicitado al Congreso la expansión de los límites del santuario.
Trato multisectorial
En el tema del manejo y negocio de los delfines están relacionados, además del Ministerio de Medio Ambiente, Turismo, Relaciones Exteriores y la Armada. Es por esto, que desde hace tiempo, los ambientalistas insisten en la creación de la Comisión Nacional de Mamíferos Marinos para que maneje todo lo relacionado a estos cetáceos.
Vásquez confiesa que si bien desde hace muchos años han tenido la receptividad de parte del gobierno para la Comisión, su creación, no se cristaliza.
«Hasta que no se establezca una entidad como esta, mantenemos la oposición de la creación de nuevos delfinarios en el país, ya que nuestro país no está preparado para recibir nuevos delfines sin organizar correctamente esta actividad», insiste Vásquez.
Actualmente, en el país funcionan cuatro delfinarios, tres en el Este y uno en el Norte. Otros dos están aprobados. El último de Bávaro, fue autorizado este año.
Delfines son «amigables», pero también «sensibles»
Los delfines son mamíferos marinos que gozan de una gran aceptación entre los humanos, porque se consideran «amigables» y muy «inteligentes». Sin embargo, en cautiverio, estos animales sufren estrés, porque su naturaleza no es para estar encerrados. Cuando el estrés es muy alto, pueden ser agresivos, y padecer de enfermedades del sistema inmunológico y respiratorias.
Consciente de esto, la norma nacional solo permite tres horas de interacción humana por cada delfin. Después, deben permanecer 12 horas de descanso ininterrumpidas.
Estos animales -como se comunican por sonidos- son muy sensibles a los ruidos. Según el reglamento, es al Ministerio de Medio Ambiente a quien corresponde supervisar que los mamíferos marinos en confinamiento estén en las condiciones que exigen las normas nacionales e internacionales.
Vía: http://www.diariolibre.com/