SANTIAGO. La excursión para ir tras las huellas del Parque Nacional Jaragua en la Sierra de Bahoruco se inicia en Bahía de Las Águilas, continúa con el Hoyo de Pelempito y concluye en la Laguna de Oviedo, tres espectáculos naturales impresionantes.
El parque Jaragua fue establecido el 11 de agosto de 1983 mediante el Decreto Presidencial número 1315. Está constituido por una extensión total de 1,374 km², de los cuales su zona costero-marina abarca 905 km².
Los estudios técnicos que sirvieron de base para proponer el establecimiento del Parque Nacional Jaragua se hicieron entre 1981 y 1982, por la Subsecretaría de Recursos Naturales de la Secretaría de Estado de Agricultura, con la cooperación del Servicio Alemán de Cooperación Social-Técnica (DED). Actualmente, el parque está administrado por la Subsecretaría de Áreas Protegidas y Biodiversidad, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Su flora y fauna es rica en varias especies de cactus, igual que en bosques de uva de playa.
Jaragua posee una fauna muy diversa, cuyos representantes más llamativos son las dos especies endémicas de iguanas de las rocas: la iguana rinoceronte y la iguana de Ricord o ricordi.
“Además, Jaragua es hábitat de numerosas especies de aves nativas, endémicas, y migratorias”, comenta Fernández, quien manifiesta que se han reportado unas 130 especies de aves para el Parque Jaragua, de las cuales 76 son residentes nativas, 10 endémicas y 47 migratorias.
En cuanto a su arqueología, el Parque Nacional Jaragua es rico en yacimientos de la época pre-hispánica. El más antiguo de estos sitios conocidos data del 2590 a. C. Los taínos establecieron cierta división territorial, basada en cacicazgos. Entre ellos estaba el cacicazgo de Xaragua, en la región suroeste, que da origen al nombre dado a esta área protegida: Jaragua.
Dentro del parque, un número de cavernas como El Guanal, la Cueva La Poza y la Cueva Mongó, contienen pictografías, petroglifos y artefactos de esta época.
Bahía de las Águilas es de por sí un lugar donde la mirada se pierde en el horizonte dejando tras su cerco una enorme satisfacción personal. Es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más hermosos que ofrece nuestro país.
Abordamos una embarcación para más o menos 20 personas y, en un tiempo de aproximadamente media hora estamos cerca de la Bahía, en una de las playas vírgenes, donde los peces nadan con libertad y los pelícanos vuelan buscando su próxima presa.
Bahía de las Águilas es una playa de cerca de ocho kilómetros de longitud ubicada en la costa oeste del Parque.
Es, sin lugar a dudas, una de las playas más hermosas del país, sino del mundo, que se distingue, entre otras cosas, por sus finas arenas blancas provenientes de los hermosos arrecifes de coral que se encuentran cerca de la costa.
Todo el personal del Cluster de Pedernales está consciente de que cualquier modelo de desarrollo compatible en la Bahía debe ser sumamente respetuoso del medio ambiente, y eso es lo que proponen.
El Hoyo de Pelempito
Es una impresionante depresión, de forma triangular, de 2.5 kilómetros de ancho por 7 de largo, con un fondo de bosque de árboles muy denso, que según los datos del cluster, se encuentra a más de 700 metros cuadrados por debajo del nivel del mar. Se ha construido allí un centro de visitantes para que sea más placentero el panorama. Desde ahí se disfruta una vista donde el desnivel entre el Centro de Visitantes y el fondo del Hoyo de Pelempito hace que los árboles parezcan hierba a la vista de los turistas. Las temperaturas oscilan entre los 25 grados, al mediodía, y cero grados durante la noche, según las estaciones, y a veces los vientos sobrepasan los 80 kilómetros por hora.
Por: YAMIRA TAVERAS
Hoy Digital