Los expertos ingleses están preocupados porque los parques eólicos están recibiendo cada vez menos viento. De los últimos 16 meses, 13 han sido especialmente escasos en viento y el año 2010 fue el más tranquilo de la última década. Los meteorólogos creen que los cambios en el océano atlántico afectarán al viento del Reino Unido en los próximos 40 años, lo que podría provocar que los molinos de viento queden sin este elemento fundamental.
Gran Bretaña está, como muchos países en Europa, tratando de alcanzar la meta que puso la Unión Europea de que el 15% de la energía provenga de fuentes renovables para 2020, para lo que se instalarán más de 3600 turbinas en las costas inglesas en los próximos 9 años. Pero las estadísticas indican que no será una muy buena inversión.
El viento en las islas británicas está debilitándose, y el año pasado alcanzó una velocidad promedio de 7.8 nudos, un 20% menos que en las medidas hechas el 2008, y mucho más debajo del promedio del último siglo, número que se sitúa sobre el 9.1.
Históricamente, Londres tenía un invierno cálido, húmedo y con mucho viento, gracias al aire del Caribe arrastrado a través del océano atlántico. Pero en los últimos años se han marcado temperaturas excepcionalmente bajas, lo que según han descubierto los meteorólogos, se debe a cambios en la actividad solar, y por otro lado los vientos han descendido a niveles nunca antes vistos.
Algo parecido había pasado entre los años 1645 y 1715, cuando la isla británica entró en una especie de mini era del hielo, aunque siguió habiendo veranos cálidos. Esta vez, se espera que los vientos bajen su intensidad por los próximos 40 años, lo que será seguramente desastroso para la industria de la energía eólica.
Vía: Veo Verde