«¡No nos han preguntado qué es lo que realmente necesitamos!, en el Conservatorio tenemos muchas necesidades y un anfiteatro no es primordial», exclama Martha Maragoni, estudiante de violín del Conservatorio Nacional de Música, ubicado en la avenida Bolívar casi esquina Tiradentes.
«Se nos está haciendo muy difícil impartir docencia con el ruido de la construcción y el temor que tenemos es el uso que se le va a dar a ese auditorio, comenzarán a poner bocinas en horas indebidas», destaca Daniel Vargas, uno de los profesores de la academia musical.
Mientras las declaraciones de Juan Mansfield, residente en la zona representan la posición de una gran cantidad de moradores del lugar.
«¡No estamos teniendo paz en esta zona!, vienen aquí a realizar actividades, a montar karaokes, el Parque de las Luces por ejemplo, fue una pesadilla para nosotros, nos impedía llegar con facilidad a nuestros hogares por el exceso de vehículos y ahora vemos que van a instalar un anfiteatro, usted sabe bien lo que va a pasar ahí, va a haber un desorden de música que no dejará a la comunidad tranquila», manifestó molesto Mansfield durante una reunión que sostuvieron residentes en la zona para tratar el tema que les agobia.
Y es que para la construcción de este escenario para la presentación de obras que inició hace dos semanas el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) en el Conservatorio, las autoridades del cabildo no hicieron consultas ni siquiera a la directora de la entidad educativa, María Irene Blanco.
En conversación telefónica, Blanco reveló a Diario Libre que la reunión que sostuvo con el alcalde Roberto Salcedo, se produjo luego de que éste aprobara los trabajos para la realización de la obra.
«Se hizo una reunión ya después que se había comenzado el trabajo y ahí le pedimos al alcalde que hubiese respeto por esta institución porque estamos confrontando problemas con los parqueos y ahora mismo con el ruido lo cual es molesto para las clases».
Una obra que según estimaciones del director de Infraestructuras Urbanas del Ayuntamiento, José Abel Noboa, costará al Estado unos RD$ 8 a 9 millones, a pesar de que es considerada innecesaria por muchos ciudadanos que insisten en que el Conservatorio ya cuenta con un anfiteatro natural: la cueva Santa Ana y que viola el decreto 333-91 que en su artículo dos prohíbe levantar en ese lugar (El Gran Parque Nacional), edificaciones de ninguna especie, exceptuando el Conservatorio Nacional de Música.
«¡Queremos que se cumpla ese decreto, porque si no para qué el Presidente lo firma!, indicó Raúl Félix, residente en la zona, quien dijo planean presentar un recurso de amparo para detener este trabajo.
En tanto Yasmel Coma, estudiante de piano resaltó el valor del anfiteatro natural que existe en la única escuela de enseñanza superior de la música que hay en el país.
«¡Aquí ya tenemos un anfiteatro que es la Cueva Santa Ana!, una remodelación a este escenario sería menos inversión y queda en un lugar más apropiado porque no nos va a perjudicar con el ruido para nosotros estudiar».
Este aspecto fue resaltado por Irene Blanco durante el encuentro que sostuvo con el alcalde a lo que éste contestó según sus informes, que no se tomó en cuenta la cueva porque es un lugar de riesgos, aunque no especificó a cuáles exactamente se refería.
En adición a este enfoque el ingeniero Noboa, encargado de la obra, resaltó que otro motivo es que en la cueva no se pueden manejar altos volúmenes.
«De acuerdo a la Dirección de Medio Ambiente del Distrito Nacional ahí no se pueden manejar altos volúmenes de decibeles, además es muy inseguro la parte de pánico en la cueva de Santa Ana», precisó Noboa, quien además comunicó que la cueva la han ido limpiando para que sólo sea contemplada por los visitantes.
¿En qué consiste la obra?
La obra que para el Ayuntamiento no llega a la categoría de anfiteatro, es un espacio que se construye dentro del Parque Iberoamérica con la finalidad de realizar actividades relacionadas con el arte: veladas, danza, ballet folklórico, presentaciones teatrales y populares.
Será construido en un espacio de dos mil metros, mil para área verde y el resto para el escenario que estará capacitado para recibir unas 350 personas aproximadamente y que estiman que será entregado en unos cinco meses.
«El grueso de eso es la excavación porque después todo lo otro es asiento sobre roca, que la roca es por metros cúbicos el agregado más barato que hay, entonces la idea es acomodar en roca el escenario de una partecita que va en hormigón, revestir unas cuantas paredes que tenemos y rodearlo con una verja perimetral en acero inoxidable, en eso consiste básicamente esta intervención», explicó Noboa.
La segunda parte consistirá en completar la iluminación del Parque, para que sea un recorrido seguro en horas de la noche.
«Ese escenario tiene una conexión con algo que vamos a hacer en Navidad, que es una presentación de un cuento de navidad, para que la gente no sólo vaya a ver el Parque de Luces».
El ingeniero asegura que antes de comenzar la construcción de la obra realizaron los estudios de suelo de lugar. Según Noboa la edificación se realiza con fondos del Presupuesto y con «albañiles, maestros e ingenieros de la Dirección de Ingeniería del Ayuntamiento».
Tala de árboles
Los estudiantes y vecinos del Conservatorio deploraron que para construir el escenario para presentaciones artísticas el Ayuntamiento haya cortado unos «50 árboles» en el lugar.
Propuesta
Como la Cueva Santa Ana según las autoridades no puede ser usada para fines artísticos, los estudiantes del Conservatorio proponen reestructurar la Sala Manuel Rueda, que lleva siete años sin ser utilizada.
«Es la sala con mejor acústica que hay en este país, por qué no invierten en repararla y ahí se pueden hacer espectáculos y actos a puerta cerrada que no molestaría a nadie», destaca Indira Marchena, estudiante de canto lírico en representación del resto de los alumnos que al momento de Diario Libre visitar las instalaciones del Conservatorio se encontraban junto a los moradores de la zona debatiendo la situación.
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