Las múltiples «repercusiones» que el cambio climático puede tener en el planeta podrían conllevar, «en el caso más extremo», incluso el «peligro de una guerra nuclear», ha alertado este lunes el premio Nobel de Física 2012, el francés Serge Haroche, en San Sebastián.
Haroche, uno de los siete premios Nobel que participarán desde este lunes en el congreso científico “Passion for Knowledge”, que se celebra hasta el próximo 5 de octubre en San Sebastián, ha expresado, en una entrevista con EFE, su preocupación por la situación de emergencia climática que vive la humanidad, en su opinión, uno de los “mayores retos” en los próximos años.
Cambio de las condiciones de vida
“Es un desafío muy grande porque va a suponer un cambio de las condiciones en las que vivimos, no sólo los humanos sino también toda la biodiversidad en la que está la base de nuestra vida”, ha descrito el científico francés, quien ha llamado la atención sobre las “repercusiones” que podrían darse “en otros ámbitos de la vida”.
“La ciencia -ha añadido- puede hacer un diagnóstico de lo que está pasando y explicarnos lo que está sucediendo pero el problema es que a nivel político no se la está escuchando”.
A su entender, los científicos pueden aportar algunas “soluciones” para luchar contra el cambio climático como “controlar la producción de CO2” o investigar “cómo almacenarlo y retirarlo de la atmósfera”, además de trabajar en el campo de las “energías limpias”, si bien “lo más importante es que sean escuchados a nivel político”.
Teorías de conspiración y falsas noticias
Ha lamentado también las “falsas noticias” y “teorías de la conspiración” que se están produciendo en distintos ámbitos, como las impulsadas por los movimientos antivacunas o los negacionistas del cambio climático que, a su entender, están siendo utilizadas para “atacar” a la ciencia.
A su juicio, sólo se podrán afrontar desafíos como la lucha contra las epidemias y el hambre en el mundo “si nos basamos en un conocimiento y en una forma de pensar racional y no irracional”. “Si prevalece la actitud irracional de afrontar los problemas, la ciencia no va a poder dar respuesta a los retos actuales”, ha sentenciado.
Ha opinado que, como la actualidad “vivimos en una sociedad global en la que no hay fronteras”, existe “mucho miedo entre la gente por no sentirse segura en un entorno más pequeño”. “Hay una necesidad de un entorno casi tribal y de sentirse arropado por un entorno propio”, ha descrito.
Un contexto que choca con la ciencia que, según ha comentado, “es algo global por naturaleza porque no tiene fronteras” y tal vez por ello puede “dar algo de miedo en ese aspecto”.
El brexit, “un problema para la ciencia”
Como ejemplo de esta situación ha mencionado un “brexit” en el que, aunque los británicos “saben que va a tener consecuencias que pueden ser dañinas para la población”, constituye “una manera de cerrarse y alimentarse de unas ideas que les hacen sentirse más seguros”.
“La ciencia está basada en la comunicación y en el intercambio de personas, por lo tanto el ‘brexit’ va a ser un problema para la ciencia”, ha indicado el científico francés, quien ha desvelado también que muchos de sus colegas británicos “están muy asustados por la incertidumbre que tienen delante”.