Valle Nuevo o Bahoruco no han despertado todavía un movimiento similar al de Salvemos Los Haitises. Pero no porque no lo ameriten.
La Sierra de Bahoruco es un ecosistema tan atacado y vulnerable y en un estado tan crítico, que ha despertado el interés internacional, por si el nacional no fuera suficiente para salvarlo. Es inexplicable que no se haya podido atajar la depredación para hacer el carbón que se trafica en sacos por barco o por camión. Vamos, que no es que se contrabandee un microchip injertado bajo la piel… ni que el territorio necesario de vigilancia sea medio país.
En Bahoruco la naturaleza trata de sobrevivir a la pobreza y a Valle Nuevo hay que defenderlo de los terratenientes de grandes cultivos, de altos funcionarios y sus dachas de descanso o de militares con buen gusto para la segunda residencia…
El interés nacional debe estar por encima de los intereses particulares de grupos reducidos. Al fin y al cabo lo que se pierde es de todos y lo que se gana es de unos pocos. Cuesta pensar que todavía pequeños grupos tengan tanto poder sobre el futuro del país. Cuesta creer que no se entienda en toda su magnitud el destrozo de las cuencas y los cauces de los ríos. Y que si se entiende… se escoja mirar para otro lado por una presión de dos o tres “bien conectados”. Cuesta creer que se ponga en duda la magnitud de la deforestación o que todavía creamos que sembrando maticas vamos a resolver el problema.
¿La gente por encima de la naturaleza? Por eso mismo, porque sin esa naturaleza, sin agua, esa gente (todos) no pueden ni comer.
Al gobierno le están echando un pulso con el tema de Valle Nuevo. Ojalá lo gane.
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