La economía de más de doscientas familias se está viendo afectada por la cantidad de peces muertos encontrados en los últimos días en las costas del municipio de Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor.
Actualmente, la pesca en esta localidad representa una actividad importante de generación de empleos y desarrollo de comunidades costeras, que viven directa o indirectamente del ejercicio pesquero.
En este municipio hay más de doscientos hombres, 25 pescaderías y alrededor de 12 restaurantes que se benefician de la pesca. Por tanto, la situación es preocupante tanto para las autoridades como para los padres de familia que dependen de estas especies marinas para poder subsistir.
Reacción de la Asociación de Pescadores
El presidente de la Asociación de Pescadores de Sabana de la Mar, Carlos Payano, dijo que cada cierto tiempo los peces se mueren, pero que nunca habían aparecido tantos pescados como está ocurriendo en estos últimos días.
Aseguró que las autoridades han querido atribuir la situación a las algas marinas, pero que eso no afecta en nada a los peces.
“Nosotros los pescadores somos los más pobres y golpeados por las autoridades, esto está pasando y nadie dice nada, al contrario, quieren atacarnos a nosotros los pescadores cuando somos los más afectados”, se lamentó.
Sostuvo que la Asociación de Pescadores está pasando muchas necesidades, a la vez que le hizo un llamado al presidente de la República, Luis Abinader, para que le dé una “ayudadita”, puesto que la organización no cuenta con un capital de compra.
“Lo único que estamos es pasando vergüenza, porque al no tener capital de compra, no podemos ir a ningún banco a solicitar préstamos cuando lo necesitamos y nos gustaría que el presidente nos ayude ya sea a través del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA)”, explicó.
Los propietarios de algunas pescaderías de esta localidad, consultados por Diario Libre, manifestaron que luego de la muerte de decenas de peces registrada en los últimos días, las ventas han bajado.
El señor Jony Emmanuel dijo que su familia sólo depende de la venta de pescados y que, actualmente, la situación los tiene preocupados, ya que la gente no quiere consumir de las especies marinas, porque dicen que están envenenadas.
“Todo está lento, nadie quiere consumir ningún tipo de mariscos porque piensan que les hará daño. Ahora mismo todos los congeladores están llenos de pescados, porque no los quieren comprar”, expuso.
Emmanuel le hace un llamado a las autoridades para que busquen una solución definitiva al problema, puesto que la economía de muchas personas de esta ciudad podría sufrir un impacto negativo.
De igual forma, Rodrigo García, coincidió en que, aunque las ventas “está por el suelo”, dijo que esa situación de los peces había pasado en otras ocasiones.
Dijo, también que la gente no debería preocuparse y consumir los pescados, ya que “no están haciendo daño”.
“Yo mismo comí pescado ayer y no me ha pasado nada, entonces la gente debería de dejar el temor porque los peces no están envenenados y eso es parte de la naturaleza misma”, manifestó.
Mery Vázquez, gobernadora de Hato Mayor, manifestó que todavía se están haciendo los estudios para determinar la causa de muerte de los peces, a la vez que lamentó la situación, ya que entiende que la economía local se puede ver afectada.
Precisó que muchas personas de las localidades como Sabana de la Mar y La Cañita de Miches viven de la pesca y del día a día, a la vez que aseguró que Medio Ambiente y las instituciones correspondientes están haciendo las investigaciones de lugar para saber si la muerte de todas las especies marinas fue producto de manos criminales.
“Pronto sabremos las causas y se tomarán las medidas para que la gente se pueda comer el pescado que se pueda pescar de ahora en adelante”, explicó. La funcionaria dijo que nadie quiere comer el pescado, ya que las personas tienen temor a que esto pueda ocasionarles alguna intoxicación.
El ambientalista Misael Calcaño dijo que la situación está impactando de manera negativa a los pescadores de esta ciudad, puesto que la gente no quiere comprar los peces “porque dicen que están envenenados”.
Explicó que esta comunidad exporta pescados a las zonas hoteleras de Punta Cana y zonas aledañas, y que, por tanto, cuando pasa este tipo de fenómenos no quieren comprar.
Entiende que una de las causas que pudiera estar matando los peces son las minas o los cruceros que dejan caer desperdicios tóxicos en el agua.
“En las bahías no hay una supervisión de parte de Medio Ambiente ni de los cruceros, ni de los químicos que vienen desde la parte del río Yuna y toda la contaminación directa que viene de esa zona”, acotó.
Dijo que si no hay una verificación de cómo está el pH del agua para ver si hay un componente que le pueda hacer daño a la fauna marina, nunca habrá una forma de contrarrestar la situación.