La semana pasada vimos interesantes informaciones sobre la promesa de que el nuevo gobierno, a través de la Marina de Guerra, el alcalde Juan de los Santos, el ministro de Medio Ambiente Bautista Rojas Gómez y el ministro de Deportes Fernández Mirabal, se ocuparán del Parque del Este, uno de los pulmones virginales que mantienen oxigenado un lugar donde existen instalaciones deportivas importantes. Ahí está también el histórico Faro a Colon, que contribuyó a que el país figurara en el Mapa Mundial. El gobierno norteamericano se interesó y la mayoría de los países americanos, decidieron que en nuestro país se construyera aquella obra monumental, el Faro a Colón.
El faro, en principio fue habilitado con reliquias de países americanos que motivamos diplomáticamente con los pueblos amigos, aprovechando que aquella gigantesca obra de significación cristiana universal por la evangelización.
La atención que merecerá ahora aquel sector del Parque del Este, merece alegría y respaldo de todos, ya que se supone que habrá presupuesto y una política clara y consecuente para preservar esta vieja inversión digna de la patria nuestra, por lo que reiteramos nuestro respaldo a la iniciativa del licenciado Danilo Medina que justifica seguir con paciencia dándole oportunidad para que continúe llenando las expectativas.
No quisiera ver repetir lo que sucedió hace años, que perdimos la sede de un cónclave deportivo internacional de básquet por falta de comodidades que deben tener las instalaciones deportivas tan costosas que hemos construido en país y que hoy se observan abandonadas, como vemos las del Parque del Este, levantados para los Juegos Panamericanos en el 2002.
Del Faro a Colón, es cierto que por razones políticos interesadas en el momento de su inauguración, vientos huracanados soplaban, pero los tiempos cambian y lo impone la vida. Ahora es de rigor levantar aquella área. Seguiré hablando del tema. Tuve la responsabilidad de inaugurar esa histórica obra en calidad de Canciller, por la muerte de la hermana del presidente Balaguer, quien se encerró varios días y se incomunicó debido a su dolor, pero junto al Jefe de la OEA (Baena Soares), el Nuncio Papal, el Cardenal, el cuerpo diplomático, el vicepresidente Carlos Morales, invitados especiales, pronuncié el discurso inaugural que, aunque para muchos fue trascendente, solo Dios sabe cuánto sufrí, porque aquello lo merecía escribir y decir Balaguer, quien ni siquiera pudo darnos orientaciones sobre lo que debíamos hacer, por el cuadro de la muerte de su querida hermana. Pero salimos bien, porque, sinceramente hablando, teníamos recio y largo fogueo en la tediosa política social administrativa, perdónenme que lo diga con modestia.