Cada 6 de noviembre, desde el año 2001, se conmemora el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados.
Es una fecha dedicada a recordar que, con frecuencia, el medio ambiente es la gran víctima olvidada de los conflictos bélicos, sostiene la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Los pozos de agua han sido contaminados, los cultivos quemados, los bosques talados, los suelos envenenados y los animales sacrificados para obtener una ventaja militar”, afirma el organismo.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), en los últimos 60 años al menos el 40% de los conflictos internos han tenido alguna relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por ser considerados de “mucho valor”, como madera, diamantes, oro, minerales o petróleo; como por ser escasos, por ejemplo, la tierra fértil y el agua.
“Cuando se trata de conflictos relativos a los recursos naturales se duplica el riesgo de recaer en el conflicto”, señala el Pnuma.
En 2013, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señalaba a propósito de este día que “el fortalecimiento de la gobernanza de los recursos naturales y una mejor vigilancia en los Estados afectados por conflictos pueden ayudar a evitar que los recursos sean un factor que contribuye a los conflictos, hacer que esos ingresos que tanto se necesitan se destinen a la revitalización económica y contribuir a una paz más duradera”.
“Por el contrario, no proteger ni gestionar estos recursos de manera equitativa no hace sino exacerbar la vulnerabilidad de quienes más dependen de ellos, especialmente los pobres”, sostuvo Ki-moon.
UN PROGRAMA FRENTE A LAS AMENAZAS
Programa de desastres y conflictos del Pnuma busca minimizar esas amenazas ambientales al bienestar humano producidas por causas ambientales como consecuencia de los conflictos y desastres.
“Desde 1990, al menos dieciocho conflictos violentos han sido alimentados por la explotación de recursos naturales. Las consecuencias del cambio climático para disponibilidad de agua, seguridad alimentaria, predominancia de enfermedades, fronteras costeras y distribución de población pueden agravar las tensiones existentes y generar nuevos conflictos”, dice.
Puede conocer más del programa en el enlace: www.pnuma.org/
Vía: http://www.listindiario.com/