Apenas cuatro días después de que el presidente Danilo Medina decidió desestimar el acuerdo transaccional sobre los terrenos de Bahía de las Águilas, en Pedernales, el Ministerio de Medio Ambiente tramitó una comunicación informando la aprobación de la licencia ambiental al proyecto Eco del Mar, del inversionista italiano Augusto Aldo Meroni.
Dicho proyecto, según se promociona en internet, estará ubicado en La Cueva, justo al lado de Bahía de las Águilas, e incluye la construcción de 228 habitaciones en hotel y villas.
La «carta de requerimiento de pago», fechada el 25 de febrero pasado, y dirigida a Meroni, como representante y promotor del proyecto, indica que «luego de concluir el proceso de revisión y evaluación del Estudio de Impacto Ambiental de su proyecto Eco del Mar, código 6767, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ya tiene lista su licencia Ambiental». La aprobación de la licencia fue confirmada también por el titular de esa cartera, Bautista Rojas Gómez.
En la misiva se le requiere al inversionista completar el pago por la licencia, que en total es de un millón de pesos, de los que se había avanzado hasta esa fecha RD$308, 691.39. Agrega, además, que «para retirar la licencia debe presentar la constancia original de pago de la fianza de cumplimiento, siendo el beneficiario el Ministerio de Medio Ambiente».
La forma en cómo se otorgó el permiso fue cuestionada ayer por algunos sectores. La representante honorífica del Estado en la litis judicial por los terrenos de Bahía de las Águilas, Laura Acosta Lora, dice no entender cómo se da una licencia para un proyecto, cuyos terrenos no están deslindados.
Explicó que, independientemente de que (Meroni) le haya comprado al Gobierno, y de que diga que esa porción está fuera del área protegida, se debería tener planos catastrales con el deslinde, antes de dar una licencia para un proyecto, pues de lo contrario no se sabe hasta dónde se autoriza exactamente.
Sin embargo, Rojas Gómez, que no quiso entrar en detalles, aseguró que tiene todos los documentos necesarios del proyecto.
Al ambientalista Luis Carvajal, miembro de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), también le resulta sospechosa la forma en cómo se dio la licencia ambiental.
«Un aspecto que llama a suspicacia es que aquí hay gente que tiene años esperando que le aprueben la licencia ambiental en cuestiones mucho más simples y en zonas menos complejas; y este señor (Meroni) presenta un proyecto, y a pesar de los informes técnicos que lo desaconsejan, le dan un permiso al vapor, corriendo, lo que indica que hay razones extra-ambientales y más allá del propio debate de naturaleza técnica, que te inclina a creer que hay una determinación de dar ese permiso», dijo.
Vía: Diario Libre