SANTO DOMINGO. Tomando en cuenta que los desastres naturales “cuestan” a la República Dominicana US$420 millones al año y que el país ocupa el puesto número 11 entre las naciones más impactadas por eventos climáticos extremos, organizaciones sociales recomendaron siete medidas para un abordaje político responsable de cara a la temporada ciclónica 2018.
La propuesta fue depositada ante la Cámara de Diputados, por el Foro de Gestión de Riesgo, Ponte Alerta Caribe y CasaYa, con el propósito de que se priorice en la agenda el tema de gestión de riesgos de desastres.
Los 7 puntos para un abordaje ante la temporada ciclónica 2018
1. Tome la gestión de riesgo de desastres como una prioridad.
El Índice Global de Riesgo Climático 2018 de Germanwatch indica que la República Dominicana ocupa el puesto número 11 entre las naciones más impactadas por eventos climáticos extremos, resaltando que el país experimentó una media de 210 muertos al año (7ª posición a nivel global) en el periodo 1996-2015. De acuerdo al World Bank Hotspot Study, el 94,7 % de la población dominicana se encuentra expuesta a desastres. De igual forma, el número de eventos que impacta al país ha crecido en los últimos 50 años. Mientras en promedio la República Dominicana se veía impactada por un evento como huracanes, inundaciones, sequías y epidemias cada dos años en la década de los años 1960, este promedio ha subido a casi un evento por año desde 1990 a casi tres eventos (2.6) por año en la década 2000.
2. Considere que los eventos como huracanes e inundaciones afectan desproporcionalmente a las comunidades más empobrecidas de nuestro país.
De acuerdo al Índice de Vulnerabilidad ante Choques Climáticos en la República Dominicana, los hogares pobres tienen el doble de posibilidades de verse afectados por un evento climático extremo que uno medio. De igual forma, según cálculos de Naciones Unidas el 90 % de los afectados por desastres son de los estratos más empobrecidos de la sociedad.
3. Tome nota que mujeres y niñas se ven afectadas mucho más en fenómenos como huracanes e inundaciones.
Mujeres y niñas son 14 veces más propensos que los hombres de morir durante un desastre. Según el estudio “Mujeres y niñas en contexto de desastre”, tras el paso de la tormenta Sandy en El Rosario (Azua) en 2012, “las relaciones y el sexo transaccional con hombres adultos se volvieron una forma de subsistencia o independencia del núcleo familiar para las adolescentes”.
4. Invierta en prevenir los daños futuros. Por cada peso invertido en prevención se ahorran de 5 a 8 en respuesta. Según datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo se estima que, en conjunto, las lluvias de noviembre del 2016-abril del 2017 y los huracanes Irma y María, provocaron pérdidas ascendientes a unos RD$49,837.41 millones. Esta pérdida representa un 7.98 % del gasto público presupuestado para 2017, y el 1.5 % del PIB del 2016. Según datos del MEPyD y el Banco Mundial, el daño anual promedio asociado a desastres, principalmente huracanes e inundaciones, se estimó en unos US$420 millones (0.69 % del PIB), es decir, los desastres le “cuestan” a nuestro país US$420 millones al año.
5. Y no se olvide de aquellas familias que han sido afectadas por desastres anteriores y aún esperan una respuesta, así como tantas familias que viven en situación de vulnerabilidad.
De acuerdo con la Comisión de Vivienda del Foro Ciudadano, en la República Dominicana hay más de 8,000 personas damnificadas por fenómenos naturales, quienes se encuentran en albergues “temporales” en algunos casos desde hace más de 30 años. El paso de los huracanes Irma y María ha incrementado esta triste lista, que continua en aumento. De acuerdo con las informaciones del Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, más de 800 mil familias se encontraban en zonas vulnerables, tales como orillas de ríos y cañadas. Estas viviendas, además de las más de 300 mil que tienen déficit cuantitativo por materiales de construcción, son propensas a ser afectadas y que ocurran tragedias en sus habitantes en los momentos de ocurrencia de fenómenos como huracanes e inundaciones.
6. Considere que la mejor prevención es combatir el déficit.
De acuerdo con las informaciones del Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, más de 800 mil familias se encontraban en zonas vulnerables, como orillas de ríos y cañadas. Estas viviendas, además de las más de 300 mil que tienen déficit cuantitativo por materiales de construcción, son propensas a ser afectadas y que ocurran tragedias en sus habitantes, en los momentos de ocurrencia de fenómenos hidrológicos tales como huracanes e inundaciones. Invertir en garantizar vivienda digna y segura para toda la población es la mejor medida de prevención.
7. Evalúe las zonas con riesgo de inundación y prohíba las nuevas construcciones en estos espacios.
Las tecnologías actuales permiten identificar las zonas con riesgo de inundación. Promover la asignación de recursos y el desarrollo de políticas públicas para la reubicación consensuada de las poblaciones que viven en zona de riesgo y la prohibición de construcción en espacios vulnerables puede salvar vidas y recursos.
Diario Libre