Aunque a nivel técnico y científico existen diferencias conceptuales de los efectos producidos por el Calentamiento Global, se tiene la certeza de que existe una diferencia de 10C entre la temperatura de la primera década del siglo 20 y la temperatura de la primera década del siglo 21, lo cual es atribuido a diferentes procesos en los que son factores determinantes la deforestación, el uso de combustibles fósiles, el polvo, gases y compuestos CFC.
Estas críticas han tocado hasta las aseveraciones de Albert Gore, Premio Nobel de la Paz, en su Conferencia Una Verdad Incómoda, en la cual confirma el aumento en las temperaturas del planeta y sus consecuencias ambientales.
El Cambio Climático es una realidad, porque hoy es admitido por sectores políticos, económicos, académicos, científicos, ambientales y empresariales, convencidos por los resultados de las investigaciones propiciadas por la ONU, la FAO, Instituciones Académicas y el IPCC, las cuales revelan que un análisis realizado de resúmenes de 11,004 documentos científicos del mismo calibre, publicados en 1991 y en 2011, y escritos por nada menos que alrededor de 29,000 autores concluyen que un 98.4% de los autores apoyaron el calentamiento global antropogénico, 1.2% lo rechazaron y un 0.4% no estaban seguros del mismo.
Alejados de esta polémica y la diferencia de criterios sobre el origen del fenómeno y sus consecuencias, lo cierto y preocupante es que el Calentamiento Global es palpable en todo el planeta y que fruto del mismo, el Cambio Climático se ha constituido en la mayor amenaza para la humanidad en este día 5 de junio día en el cual el mundo celebra el día Mundial del Medio Ambiente, instituido por una resolución de la Conferencia Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro hace 20 años.
Es evidente que el origen de estos fenómenos climáticos y ambientales se encuentra en el modelo económico de desarrollo cuyas secuelas más evidentes se reflejan en la pobreza, el medio ambiente y la inseguridad alimentaria. Según la FAO, mil millones de personas no tienen acceso suficiente a la alimentación. Mil doscientos millones viven con menos de un dólar por día. Diez millones de niños y niñas mueren cada día antes de cumplir los cinco años. El Setenta y cinco por ciento de los pobres no tiene acceso al agua potable y el diez por ciento de la población disfruta del setenta por ciento de las riquezas del planeta.
Este fenómeno meteorológico es también el principal responsable del derretimiento de los casquetes polares, aumento de los niveles oceánicos, los trastornos del régimen pluviométrico, las inundaciones, las lluvias y las sequías que se producen en diferentes latitudes, la frecuencia e intensidad de tormentas y ciclones, la aparición de eventos climáticos como el niño y la niña, así como la aparición de nuevas enfermedades y elevación de la resistencia de agentes patógenos que están causando serias enfermedades en el ser humano y animales.
Cada año que pasa el día 5 de junio es recibido con aprehensión, pesimismo y un sentimiento de desesperanza, por la indiferencia de sectores de peso en la toma de decisiones a nivel mundial, debido a la evolución que están tomando los problemas ambientales globales como son el Efecto de Invernadero, la destrucción de la capa de ozono, las lluvias ácidas así como la deforestación, destrucción de los suelos, la baja oferta del agua, la contaminación y la eliminación de la Diversidad Biológica.
Para un enfrentamiento eficaz y eficiente con el propósito de corregir estos problemas, se hace necesario, tanto a nivel internacional como local, poner más énfasis para que se cumplan las declaraciones finales de los eventos relacionados con el tema, y que las mismas no sean tiradas al abismo, por lo que para conjurar los mismos se deben implementar con urgencia medidas tales como:
– Dar apoyo al Tratado de Montreal para que se sigan implementando con éxito los programas de Producción Limpia a nivel mundial.
– Poner en práctica las recomendaciones de la última reunión del Protocolo de Kioto celebrada en Sudáfrica en el 2012, donde se acordó la reducción de las emisiones de gas carbónico entre un 30 y 40%.
– Aumentar significativamente las inversiones por parte de organismos internacionales, bilaterales y gobiernos locales para enfrentar estos problemas.
– Buscar fuentes alternativas de energía menos contaminante y que reduzcan el uso del carbono en la producción.
En lo que concierne a las medidas que deben llevarse a efecto en el orden local, deberá propiciarse un cambio en el modelo económico de desarrollo, orientado hacia la filosofía del desarrollo sostenido, basado en una Estrategia de Protección al Medio Ambiente, donde sean líneas programáticas fundamentales: El Ordenamiento Territorial. El control de la Contaminación de los Suelos, el aire y el agua. La protección de la diversidad biológica y los ecosistemas. La educación ambiental, el combate a la pobreza y el fortalecimiento de las instituciones comprometidas con la protección del medio ambiente, los recursos naturales y la calidad de vida de los ciudadanos.
Por: Juan Antonio González
Vía: Hoy