En su encuentro con la prensa el 27 de diciembre pasado, el ministro de Medio Ambiente se ufanó de nuevo de contribuir a la reactivación económica con RD$136,000 millones en proyectos de inversión. Monto considerable que no acabamos de ver cómo se refleja en la mejoría de la situación ambiental ni de la biodiversidad porque la Sierra de Bahoruco y la Cordillera Central son pasto de las llamas y los bomberos y brigadas forestales siguen escasos, no dan abasto, mal pagados y con salarios atrasados, como denunció esta semana Acción Verde.
También dijo el ministro que “ya no es una opción el crecimiento económico arrasando ecosistemas”, mientras la Belfond/INCOA sigue arrasando las Filipinas en el Bahoruco Oriental, cuesta frenar a la Barrick, Loma Miranda aún no está protegida por ley y la Apache está por darnos el “palo acechao” de la exploración petrolera en el Este con el contubernio y silencio de las autoridades y el saqueo de la arena de los ríos sigue como siempre, pero peor.
Exhibe también a Valle Nuevo como victoria cuando los resultados aún no terminan de cuajar, y faltan recursos para proteger poblaciones de flora y fauna dentro y fuera de las áreas protegidas. ¡Y cuidado con la reingeniería del Sistema Nacional de Áreas Protegidas! Atentos estamos a que no sea para cambiar límites ni categorías de protección.
Este año lo que se necesita es más prevención y vigilancia, es decir, invertir en recursos humanos y, si se van a hacer infraestructuras, que sean las básicas y necesarias para la protección y la investigación.