Tras la pandemia del coronavirus COVID-19 “no hay marcha atrás, la cuestión no es si los gobernantes van a reaccionar a una economía saludable, verde y sostenible, sino a qué velocidad y con qué visión lo van a hacer”, asegura la directora de Salud Pública y Medioambiente de la OMS, María Neira.
Así lo asegura Neira en entrevista a EFE, en la que subraya que “esta pandemia ha sido un shock tremendo, con un coste fenomenal en la salud de las personas, que ha creado una importante ola de choque en la economía y en la sociedad, y que, evidentemente, debe tener una recuperación que nos lleve a una situación donde nuestra salud esté más protegida, seamos menos vulnerables, donde podamos aprovechar las lecciones que rendimos durante esta crisis”.
40 millones de médicos y personal sanitario urgen inversiones más sostenibles
Por ello, “la cuestión será a qué velocidad y con qué grado de ambición van a tomar medidas” para la recuperación los gobernantes, a los que justamente hoy más de 40 millones de médicos, enfermeras y personal sanitario de más de 200 organizaciones de todo el mundo, entre ellas la OMS, han enviado una carta urgiéndoles a que las inversiones se encaminen a “la salud pública y a políticas más saludables, verdes y sostenibles”.
La fase de confinamiento, que, “obviamente, nadie la quería y nadie la quería proponer, nos ha enseñado cómo la contaminación del aire y del agua se ha reducido de forma increíble. Ha sido como una especie de laboratorio para cuestionarnos qué pasaría si dejásemos de contaminar”.
“Queremos que esas lecciones no se pierdan“, asegura Neira, “al contrario, que haya una recuperación sanitaria, pero también una lección sobre nuestra salud gracias a un mejor contacto con los ecosistemas y dejar de destruirlos para proteger nuestra salud”.
Ciudades más sostenibles
Asimismo, “evitar la utilización de energías de combustibles fósiles -que causan tanta contaminación del aire-, asegurar el acceso al agua y un sistema de salud universal después de esta pandemia”.
“Debemos ser conscientes de que después de esta crisis habrá que tener lo antes posible una recuperación socio económica y esta inversión debe ser en ciudades más vivibles, menos agresivas con los humanos, mejor planificadas en condiciones de salud, con un mejor y más sostenible uso de la energía” que beneficie la salud humana.
Asimismo, “que la producción de alimentos desde el principio hasta las dietas sea más sostenible y más en línea con nuestra salud. Todo esto puede ser una buena contribución a una economía verde, es decir, que va a contribuir a la recuperación económica”.
Hay señales en algunas urbes, como en Milán, donde han decidido limitar de forma drástica la presencia de automóviles y aumentar el uso de bicicletas o transporte sostenible, asegura.
También en París y en la India han visto que “el cielo puede ser azul, el agua puede ser no contaminada. Ha habido beneficios enormes nunca buscados a través del confinamiento, porque nadie quiso el confinamiento y entendemos que ha sido un sufrimiento”.
Respeto a la naturaleza
Los humanos después del confinamiento “van a apreciar más la naturaleza, vivir en ciudades más pequeñas, de dimensión humana y claramente donde el transporte sea menos necesario, y cuando lo sea se disponga de un transporte público no contaminante y que no llene las ciudades de vehículos privados que al final son los que dirigen esa planificación urbana”.
Pero “eso es lo que no podemos perder a partir de ahora y creo que todos los gobernantes entenderán que por ahí hay una vía de recuperación económica, pero habrá que ver con qué medida de ambición y con qué grado de ambición las pondrán en marcha”, sostiene Neira.