LIMPIO, Paraguay. Un manto verdoso de lirios sobre el agua de una laguna cercana al río Paraguay en la localidad de Limpio, a 30 kilómetros al norte de Asunción, se convirtió estos días en un repentino reclamo turístico para miles de personas que acudieron a presenciar esta sorpresiva maravilla natural.
Este brote de nenúfares circulares de hasta dos metros de diámetro, de la especie victoria amazónica o regia, solo aparece con este esplendor cada tres o cuatro años, según los vecinos de la zona.
Es por ese motivo que los pescadores de la zona, que habitualmente se dedican a la pesca del surubí en las aguas del aledaño río Paraguay, han dejado de lado las cañas y las redes para convertirse en barqueros que por 10.000 guaraníes (1,7 dólares) por pasajero recorren las aguas plagadas de lirios en botes de madera.
El ir y venir de coches por el arenoso camino que lleva hasta la orilla de la laguna del barrio de Piquete Cué es directamente proporcional al arribo y partida de botes a remo por el canal que lleva hasta el interior de la laguna.
El ‘Yacaré Yrupé’ (canasto de caimán, en idioma guaraní), como es conocida la planta acuática entre los lugareños, se encuentra agrupado en una balsa de agua mansa rodeada de juncos, de una extensión de tres hectáreas, en la que los visitantes navegan despacio en los botes.
Los habitantes de la zona llaman así a esta planta por su rugosidad y color verde, semejante a la piel de un cocodrilo, que parece flotar sobre el agua, aunque realmente tiene una raíz espinosa que se sumerge hasta el fondo de la laguna.
Los nenúfares se extienden unos junto a otros creando un manto verde que apenas deja ver el agua bajo ellos y de los que en ocasiones brotan sus flores blancas.
La creencia popular, según explicó a Efe Pablo Lucerna, un pescador local de 44 años que ahora organiza algunos botes para los viajes, dice que la planta tiene propiedades médicas que sirven para curar problemas de asma y respiratorios si se seca y se mezcla con agua para hacer una infusión.
“Si sacas ahora mismo, tienes que ponerlo en el sol como dos días o así. De ahí, después pones en el agua hervida o normal. Para el mate es hervida”, indicó.
Lucerna afirmó que desde que él era pequeño, su madre le daba este remedio yuyo (planta medicinal) cuando tenía problemas respiratorios.
Esta creencia popular derivó el pasado fin de semana, cuando el lugar se llenó por primera vez de visitantes, en el destrozo y corte de algunos de estos lirios para usarlos como planta medicinal, una situación que provocó la intervención de las autoridades para evitar estropear este reclamo natural.
“La gente no sabía y por eso es que se lo llevaban. Después vino la Jefatura (de la Prefectura Naval), la Policía y nadie más tocó más ni una flor. Esto es un mes o dos meses lo que dura y después ya se marchita otra vez”, dijo Lucerna.
Por este motivo, ahora vigilan desde la orilla los agentes de la Prefectura Naval tras los desmanes de algunos visitantes que, según se pudo ver en fotografías publicadas en redes sociales, se llevaban los nenúfares enteros, algunos de hasta dos metros de diámetro, cargados en coches y camionetas.
Para evitar la depredación del repentino espectáculo natural, tanto los lugareños como las autoridades han decidido establecer ciertas normas para evitar dañar a los yacarés yrupé.
Después del fin de semana, la Prefectura Naval proveyó de chalecos salvavidas a los barqueros para su uso obligatorio en cada viaje, que solamente puede hacerse en barcas a remo, ya que las que son a motor dañan las raíces de la planta, y nadie puede arrancar ni las hojas ni las flores de los nenúfares.
Todo ello destinado a que este frágil y sorpresivo ecosistema surgido en la laguna de Piquete Cué se mantenga vivo por al menos uno o dos meses, lo que tardan las plantas en marchitarse, según contaron los habitantes del lugar, que han aprovecha el reclamo para contar con una ayuda económica inesperada.
Diario Libre/EFE