LA VEGA. La utilización del río Camú para descarga de desechos industriales y humanos en la cuenca baja, provoca que el acuífero languidezca paulatinamente, por lo que ambientalistas y representantes de organizaciones comunitarias locales demandaron de las autoridades su rescate urgente.
Esa situación ha provocado un impacto negativo en el abastecimiento de agua potable, así como en el sector agrícola, dijo Francisco José Morilla, un ciudadano preocupado por el alto grado de contaminación que presenta el más importante afluente con que cuentan los veganos.
Según un estudio, el punto más crítico del Camú está en el centro de la ciudad, donde son vertidas grandes cantidades de heces fecales por miles de familias de comunidades como San Miguel, El Riíto, Villa Turey, Nápoles, El Tenque y otras que viven en las inmediaciones del afluente y que carecen de sistema de alcantarillado sanitario.
A esa situación, se suma la extracción de arena, grava y cascajo de manera indiscriminada, muchas veces con permiso de las propias autoridades, denunció Morilla.
“Da pena que desde Medio Ambiente y el ayuntamiento se autorice esa práctica”, enfatizó.
De su lado, el ambientalista Alberto Hilario, expresó la necesidad de crear plantas de tratamientos, para de esa forma evitar que el río siga siendo usado como punto de descarga del alcantarillado sanitario y pluvial de varias localidades de esta ciudad.
Las aguas del río Camú se utilizan para alimentar los canales de riego que contribuyen con el desarrollo de la agricultura de varias provincias del Cibao Central, y con ellas se contempla desde hace varios años construir la presa de Güaigüí.