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El tema de los jardines verticales en el país es una novedad que toma fuerza. Aunque la implementación del sistema de vegetación vertical basado en el muro vivo tiene unos 30 años definido por el padre de la técnica, el biólogo francés Patrick Blanc, lo cierto es que en República Dominicana es ahora cuando está tomando su gran auge.
Así lo expresó la arquitecta Yolanda Perdomo, durante una conferencia realizada por en la escuela Enaba, en la que se orientó a los asistentes sobre la forma adecuada de conformar un jardín vertical.
La razón es que si bien es cierto que en el país está de moda este recurso decorativo, también es verdad que, en muchos casos, no se está preparando de la forma correcta. “Lo ideal es hacerlo tomando en cuenta el buen estado de las plantas, procurando que perduren, ya que con esto se busca contribuir al cuidado del medio ambiente, no a su deterioro”.
Perdomo explicó que a pesar de que la forma en que se haga no sea la adecada, es importante saber que hay fe en la idea de plantar en las paredes. “Es cuestión de que antes de hacerlo la persona se oriente sobre cómo se hace”, dijo.
Comentó la arquitecta que es normal que exista el temor natural a las filtraciones por exceso de humedad y la proliferación de ciertos animalitos, “pero sólo el tiempo y el desarrollo de más sistemas de muros vivos demostrarán lo contrario”.
Opinó que este tipo de jardín no solo es estéticamente hermoso, sino que aporta un sinnúmero de beneficios al usuario directo, al edificio y a la ciudad. Esas ventajas van desde disminuir el calor tanto en el edificio como en los alrededores; por tanto, disminuye el uso de energía eléctrica, así como la oxigenación del aire contaminado de las ciudades como Santo Domingo.
“Patrick Blanc se fascinó por la flora tropical y desarrolló el modo en el que pudiera ser posible tenerla en París, su ciudad; en cambio, nuestra isla está posicionada geográficamente en el trópico, lo que resulta favorable para las plantas que se utilizan en este tipo de sistema, porque están en su hábitat natural. Por tanto, el esfuerzo y complejidad del sistema está muy por debajo del que se utiliza en Europa, donde prolifera el sistema de muro vivo en casi todas las latitudes”, sostuvo la arquitecta de la escuela Enaba.
Vía: Listín Diario
