LONDRES.- Científicos británicos han revelado que el ritmo con el que los árboles de la Amazonía «inhalan» carbono a través de la fotosíntesis puede disminuir durante los periodos de sequía severa, según publica hoy la revista «Nature».
Por primera vez un equipo internacional de investigadores, encabezado por expertos de la Universidad inglesa de Oxford, ha proporcionado pruebas directas sobre esta caída del carbono.
«Esta disminución en la captación de carbono no desciende las tasas de crecimiento (de las plantas perennes) pero provoca un aumento de las muertes de los árboles», dijo Christopher Doughty, de la Escuela de Geografía y Medio Ambiente de la Oxford.
Según Doughty, autor principal del estudio, «cuando los árboles mueren y se descomponen, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera aumentan, lo que podría acelerar el cambio climático durante las sequías».
Los científicos midieron las tasas de crecimiento y la fotosíntesis de los árboles en trece parcelas de la selva tropical en Brasil, Perú y Bolivia, y compararon los solares afectados por la fuerte sequía de 2010 con aquellos que no se vieron perjudicados.
Las parcelas que los científicos seleccionaron representaban las diversas condiciones climáticas y de suelo de la cuenca amazónica, medían una hectárea cada una y contenían entre 400 y 500 árboles.
Durante tres años, los expertos pasaron varias semanas al mes en cada terreno para medir la tasa de crecimiento de cada árbol y el número de raíces pequeñas que habían crecido.
Los hallazgos explicaron que, si bien la tasa de fotosíntesis fue constante entre los árboles no afectados por la sequía, la tasa fotosintética de las seis parcelas afectadas por el tiempo seco se redujo significativamente.
El estudio explica que es probable que esta situación haya dado lugar al aumento en el número de árboles que mueren en los años posteriores a los periodos de sequía.
Este estudio internacional es el primer examen detallado a gran escala del ciclo completo del carbono observando el crecimiento y el metabolismo de las parcelas forestales de la cuenca del Amazonas.
La Red Mundial de Vigilancia de Ecosistemas (GEM, en sus siglas en inglés) continuará vigilando de cerca los bosques tropicales de América, África y Asia durante las próximas décadas para determinar cómo se ven afectados por el cambio climático, según «Nature».
«Sólo a través de la vigilancia minuciosa podemos entender las relaciones entre el cambio climático y la biosfera», subrayó YadvinderMalhi, coordinador del GEM.
Por EFE
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