Las grandes potencias mundiales coincidieron este miércoles en que limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, que es el objetivo de los Acuerdos de París de 2015, necesitará muchos más esfuerzos con carácter inmediato y también más cooperación internacional.
Aunque 120 países que representan el 70 % de las emisiones de carbono han anunciado su intención de alcanzar la neutralidad en esas emisiones para mediados de siglo, “eso no es suficiente”, advirtió el director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol.
En una cumbre virtual organizada por la AIE y la presidencia británica de la COP26 que se celebrará en Glasgow a comienzos de noviembre, Birol alertó de que “ningún país por sí solo puede alcanzar esos objetivos. Lo que se necesita es cooperación internacional”.
Giro radical de Washington
Unos cuarenta países estuvieron representados por sus ministros o negociadores sobre el cambio climático, como John Kerry por Estados Unidos, país que, tras haber vuelto a los Acuerdos de París con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, está dando un giro radical en su política medioambiental y busca situarse en una posición de liderazgo mundial.
Kerry presentó una de las notas más catastrofistas: “Incluso si hiciéramos lo que prometimos en París, tendríamos un aumento de 3,7 grados” en la temperatura global.
Reconoció el derecho a una “diferenciación” porque no se puede exigir a todos los países el mismo esfuerzo, en reacción a los que reprochan a Estados Unidos ser el principal responsable de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero.
Pero su mensaje principal fue el siguiente: “Si no hacemos lo necesario en los diez próximos años, no podremos limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados” en las décadas venideras y “nadie puede hacerlo solo”.
China apuesta por las renovables
China, el país que mayor volumen de dióxido de carbono (CO2) genera, puso el acento en su apuesta por las renovables y por otras tecnologías para mejorar la eficiencia energética y la sustitución de los combustibles fósiles.
Su ministro de Energía, Zhang Jianhua, explicó que su plan de renovables es el mayor del mundo, que el pasado año esas fuentes ya representaron un 29 % de la generación de electricidad y que Pekín está dispuesto a trabajar en una mayor coordinación internacional, en particular en cuestiones tecnológicas.
Una de las voces discordantes fue la del ministro de Electricidad y Renovables de la India, Raj Kumar Singh, que quiso hacer de portavoz de los países en desarrollo, sobre los que dijo que no se puede pretender que cumplan con el objetivo de neutralidad de carbono cuando su principal urgencia es generalizar el acceso a servicios básicos.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, le respondió que es posible llevar a cabo la industrialización que esos países quieren sin incrementar su huella de carbono porque, aunque pueda parecer más caro a corto plazo, a largo sale a cuenta.
Neutralidad de carbono
Con ocasión de esta cumbre, veinte miembros de la AIE apoyaron siete principios claves presentados por la organización para guiar la aplicación práctica de los objetivos de la neutralidad de carbono.
Entre esos principios destacan aprovechar los paquetes de recuperación de la crisis para dar un giro hacia un modelo económico mucho más sostenible en términos medioambientales y fijar hojas de ruta ambiciosas y precisas en el horizonte de 2030.
España, que es uno de los países que los suscriben, estuvo representada por la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que estuvo en una mesa redonda sobre cómo crear confianza en que se cumplirán los objetivos de neutralidad e incidió en que hay que hacer coherentes las metas de largo plazo con las de corto y medio.
En 2020, a causa de la recesión por la crisis de la covid, las emisiones de CO2 tuvieron una caída histórica del 5,8 %, pero en diciembre, con la recuperación económica, esas emisiones fueron un 2 % superiores a las del mismo mes de 2019.
Sin correcciones inmediatas, la AIE teme nuevos picos en los gases de efecto invernadero.