La disminución en la intensidad del tono del canto de las ballenas detectado durante las últimas décadas estaría relacionado con el cambio climático y al aumento de sus poblaciones, según un estudio publicado hoy.
“Creemos que es algo no voluntario en la ballena”, dijo Emmanuelle Leroy, líder de la investigación y experta de la Universidad de Brest, de Francia, y de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Australia, en un comunicado.
El estudio analizó un millón de cantos de la ballena azul (Balaenoptera musculus), rorcual común (Balaenoptera physalus) y la ballena azul pigmea de Madagascar (B. m. brevicauda) grabados con seis micrófonos estacionarios en el océano Índico entre 2010 y 2015.
Baja la frecuencia del canto
Su análisis encontró que los cantos de una ballena azul antártica, cuya frecuencia es de entre 15 y 30 hertz, cae en 0,14 hertz cada año, una tendencia parecida a la de las otras dos especies estudiadas cuya disminución fue de entre 0,12 y 0,54 hertz al año.
Estos cetáceos son los animales más ruidosos de los océanos y los cantos que utilizan para comunicarse pueden propagarse más de mil kilómetros bajo el agua.
La velocidad y alcance de la difusión de estos sonidos emitidos por los machos depende de la temperatura, la presión y la química del agua del mar.
Según Leroy, las ballenas no necesitarían ser tan ruidosas porque su sonido viaja a mayor distancia debido a la creciente acidificación del agua del océano provocada por el cambio climático.
Los investigadores también sugirieron que la caída del tono podría ser un efecto de la recuperación de la población de ballenas desde que se puso fin a la caza comercial en los años 1970, si bien el número de estos cetáceos es aun un 10 por ciento de lo que fue a principios de siglo XX.
“Pueden reducir la intensidad de sus llamadas para ponerse en contacto porque hay más ballenas. Estas llamadas son las de comunicación a larga distancia”, precisó Leroy.
La rotura del hielo marino
El estudio halló una correlación entre la variación estacional del tono de las ballenas azules con el rompimiento del hielo marino en la zona meridional del océano Índico, cuyo ruido obligaría a las ballenas a elevar el tono de sus cantos.
“El ruido está relacionado al aumento del número de icebergs sueltos en el verano. Cuando se rompe el hielo, como cuando se pone hielo en un vaso, éste hace ruido”, explicó la experta.
El estudio fue publicado en la American Geophysical Union’s Journal of Geophysical Research: Oceans.