Las autoridades de medio ambiente de la RepúblicaDominicana anunciaron hoy la apertura el próximo fin de semana de la temporada de observación de ballenas jorobadas en las aguas de la costa Atlántica, donde año tras año cientos de cetáceos llegan para aparearse y dar a luz.
Las ballenas llegan específicamente a los Santuarios de Mamíferos Marinos Banco de la Plata y la Navidad (noreste), que abarca una zona de 12,700 millas cuadradas, convirtiéndola así en el área protegida más grande del país caribeño.
«Desde el próximo fin de semana miles de turistas tendrán la oportunidad de ver de cerca estos cetáceos que cada año retornan a las aguas cálidas de la costa Atlántica», subrayó hoy en un comunicado el Ministerio de Medio Ambiente local.
En esta ocasión, diferentes instituciones estatales y no gubernamentales firmaron un memorándum de entendimiento para dar apertura a la temporada de avistamiento de ballenas con el objetivo de que se respete su hábitat y garantizar el cumplimiento de las regulaciones establecidas para su observación.
A través de este acuerdo, la cartera de Medio Ambiente y los otros firmantes del acuerdo se comprometieron, entre otros puntos, a establecer y aplicar un sistema de vigilancia y control que garantice el cumplimiento de las regulaciones.
Además, fortalecer el sistema de monitoreo de los mamíferos marinos en aguas del Banco de la Plata y de la Navidad para garantizar la observación de las ballenas «sin perturbación de sus actividades normales de reproducción», agregó la fuente.
La cartera de Medio Ambiente invertirá parte de los ingresos de la temporada de observación de ballenas en el mejoramiento de la gestión del Santuario de Mamíferos Marinos, según el acuerdo. Por su lado, el Ministerio de Turismo promocionará la temporada como una actividad ecoturística ambientalmente sostenible y evaluará los niveles de satisfacción de los turistas.
Mientras que la Marina de Guerra supervisará que sólo las embarcaciones con permiso y registradas en el Ministerio de Medio Ambiente puedan realizar la movilización de visitantes para la actividad de observación de ballenas, y que no emitan humareda, ruidos de motores innecesarios y toques de bocinas.
La temporada de observación de ballenas dinamiza la economía de toda la zona durante el primer trimestre del año, ya que más de 30.000 turistas extranjeros y nacionales hacen la excursión «para contemplar un espectáculo digno de admirar», agregó el comunicado.
En los meses de la primavera, verano y otoño, las ballenas viven en las aguas frías del Atlántico Norte y en invierno inician una larga travesía hacia los mares tropicales para aparearse y dar a luz y luego retornar a su zona de alimentación.
Vía: Diario Libre