La Semana del Clima de Latinoamérica y el Caribe 2022 terminó con un llamado a que los países de la región aumenten sus ambiciones y acciones climáticas para salvar el planeta y ya no se vean como víctimas, pero sin dejar de lado su «derecho» por una justicia climática.
Max Puig, vicepresidente de la Comisión Nacional de Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio de la República Dominicana, señaló que el evento también sirvió para enarbolar posiciones comunes, fuertes y ambiciosas que serán llevadas a la COP 27 en Egipto.
«Se acabó la hora de vernos como víctimas del fenómeno climático, aunque lo seamos también; empezó el momento de empezar a tomar el timón de este barco. Llegó el momento de que nuestra voz se oiga, de que nuestras acciones contribuyan a la transformación del mundo, ejerciendo nosotros nuestro derecho a la justicia climática», agregó el funcionario.
Puig señaló la necesidad de poner en práctica lo acordado, aunque pasar de la teoría a la acción no es sencillo, para esto se requiere de financiamiento para ir más allá. En las negociaciones del Acuerdo de París en 2015, los países desarrollados formalizaron un compromiso de otorgar al menos 100,000 millones de dólares en financiación climática por año para 2020, pero esto no se cumplió.
Los países de América Latina y el Caribe no están dentro de los 10 más contaminantes en el mundo, pero es una de las regiones que más sufre los efectos del cambio climático por lo que en la Semana del Clima los Estados en desarrollado reiteraron su llamado a que las grandes economías hagan su aporte para enfrentar el problema.
Las críticas de los ambientalistas
En momentos en que las autoridades dominicanas lanzaban el plan de acción de las contribuciones determinadas a nivel nacional, o NDC, que consisten en los compromisos que el país asumió para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la Coalición para la Defensa de Áreas Protegidas difundió un comunicado en el que esperaba que, tras finalizar el evento, las autoridades conviertan sus discursos en acciones para resolver la situación climática planetaria.
El colectivo de organizaciones ambientalistas expresó que “es necesario que esa retórica se vea acompañada de acciones, porque resulta doloroso ver la forma impasible como se siguen descuidando y devastando nuestros bosques naturales, incluyendo nuestros manglares y pastos marinos, nuestras principales herramientas para mitigar y adaptarnos al cambio climático”.
Al respecto, Puig sostuvo que, pese a que el reclamo es admitido, las acciones desarrolladas en el acto buscan precisamente pasar a la práctica en la lucha contra el fenómeno climático.
En tanto que Milagros de Camps, viceministra de Cooperación Internacional del Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana, señaló que el evento “sirvió para medir qué se está haciendo en la región y saber cuáles son las acciones que podemos hacer y que también puedan aprender de nosotros”.
El impulso regional crucial
La Semana del Clima de Latinoamérica y el Caribe 2022 reunió a más de 1,700 participantes, autoridades de gobiernos, organizaciones multilaterales, el sector privado y la sociedad civil, en más de 160 sesiones, que abarcaron desde el financiamiento climático hasta la creación de resiliencia al cambio climático.
Según ONU Cambio Climático, el evento concluyó con la contribución a un impulso regional crucial en la lucha ante el cambio climático antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27) del próximo mes de noviembre en Egipto.
De Camps señaló que la acción climática en la región es el camino hacia un futuro estable, seguro y próspero.
La funcionaria apuntó que es necesario que se aumente la ambición y acelerar la acción antes de la COP 27. La funcionaria entregó una carta con las principales conclusiones regionales de la reunión a Mahmoud Mohieldin, que representaba a la presidencia de la COP 27 en Santo Domingo.
ONU Cambio Climático señaló en un comunicado que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad antes de 2030 para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de un aumento de la temperatura media de 1.5 grados como máximo.
También indicó que en la Semana del Clima el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó su hoja de ruta para acelerar el desarrollo inclusivo y sostenible en América Latina y el Caribe y que, según el BID, la descarbonización de las economías de América Latina y el Caribe podría ahorrar más de 600,000 millones de dólares al año para 2050.