BARCELONA. Un equipo internacional de investigadores ha desarrollado un nuevo método para monitorizar cómo varía la actividad fotosintética de las coníferas perennes a lo largo del año.
Según el codirector del equipo, el investigador español Josep Peñuelas -del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales-, esta nueva técnica, basada en el análisis de imágenes de teledetección obtenidas desde satélites, permitirá mejorar los modelos globales de captación de carbono atmosférico y hacer proyecciones más precisas sobre el cambio climático.
Las coníferas de hoja perenne -pinos, abetos, tejos o cipreses, entre otros- son plantas en las que la cantidad de biomasa de las hojas varía poco a lo largo del año, por lo que hasta ahora ha sido complicado captar cómo cambia la fotosíntesis que estas hojas realizan durante las estaciones del año.
“Esto inducía a errores o imprecisiones en los modelos fotosintéticos terrestres de captación de carbono”, explicó Peñuelas.
Ahora, los investigadores han descubierto que durante los meses más fríos la proporción de clorofila (pigmento que otorga el color verde a las hojas y responsable de hacer la fotosíntesis) se reduce en favor de otros pigmentos, los carotenoides (de un color rojizo o anaranjado, muy presentes por ejemplo en las zanahorias).
Los investigadores han desarrollado un método para la teledetección desde satélites de la cantidad de clorofila y carotenoides, y registrar así todos los cambios estacionales en la proporción de estos pigmentos.
Peñuelas señaló que estos cambios estacionales de los pigmentos coinciden y siguen el mismo patrón que la tasa fotosintética y por tanto que la producción primaria bruta del ecosistema, que es la cantidad total de CO2 fijada mediante la fotosíntesis.
Tanto la tasa fotosintética como la producción primaria bruta son datos que dan información y forman parte de los modelos de captación de dióxido de carbono atmosférico, el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático.
Por eso, la teledetección de la proporción de los pigmentos de las hojas permitirá ahora estimar mejor la cantidad de carbono que los ecosistemas capturan a lo largo del año.
Este nuevo uso de las imágenes de teledetección permitirá, además, tener datos a mayor escala y más a menudo que las que actualmente se obtenían con medidas sobre el terreno.
De esta manera “se podrán hacer proyecciones más ajustadas y modelos más precisos de captación de carbono a escala mundial, lo que es especialmente importante en un contexto donde el calentamiento global acelera el cambio climático y altera los ciclos y la fotosíntesis de las plantas”, concluyó el científico.