La sociedad dominicana avanza hacia una “familia verde”

Por: Eleuterio Martínez

Profesor, entendemos que la humanidad está viviendo una fiebre “verde”, pero podría explicarnos qué sería una “familia verde”, ahora que Medio Ambiente, Claro – Codetel y el Diario Libre están promocionando esta iniciativa.

R. Es cierto, en estos momentos el verde lo permea todo, desde los alimentos hasta la informática, desde la industria hasta el cine, desde las ciudades hasta el vestuario…, es que ya los cambios climáticos comienzan a dejar sentir sus efectos sobre el consciente y el inconsciente colectivos, aquí y en todas las latitudes del planeta; pues al parecer, todos nos sentimos culpables de los delitos contra natura practicados en las selvas y ecosistemas más valiosos del orbe, del irrespeto a la vida en los mares y océanos, de la contaminación extrema que por donde quiera se expresa.

Al parecer la huella ecológica del ser humano sobre la naturaleza, ya ha profundizado demasiado y no está clara la forma en que podríamos borrarla o al menos, allanarla. Y como estamos conminados a buscar una salida, así como fuimos tan alegres al destruir, ahora nos toca comenzar a reconstruir, con más inteligencia y con más ingenio.

La familia es el centro de gravedad en torno al cual giran los principios y se asientan los valores. Es la única institución que luce indestructible al ser impuesta por la misma naturaleza y el punto más idóneo para sembrar la semilla del porvenir y avanzar en la búsqueda de soluciones a los problemas más acuciantes que enfrenta la humanidad; por lo tanto, es preciso emprender iniciativas que comprometan el seno familiar con el amor hacia la naturaleza, el respeto a la vida y promover firmemente un desarrollo con verdadero rostro humano.

Una familia verde, claro, está conformada por mamá, papá, hermanos y parientes cercanos o lejanos; pero donde todos tienen una característica esencial: su amor por la herencia natural, por la vida y por la gama infinita de sus expresiones. Verde es una familia que exhibe como valor esencial, el respeto indistinto a un árbol, a un manantial o a una especie animal desconocida.

En su seno se cultiva el bien vivir, el consumo de productos naturales o de bienes ambientalmente amigables y se ejerce una ciudadanía donde se equilibran deberes y derechos, porque es norma pasar del discurso a la práctica, devolviéndole el verde a las montañas desnudas.

La sociedad dominicana avanza hacia una “familia verde”.

Via: Hoy DIgital