EFE. – El cambio climático y las temperaturas extremas agravan la escasez de agua. No obstante, subraya que el aumento del consumo de agua, que se multiplicó por seis en los últimos cien años, junto con el cambio climático, la contaminación de ríos y otros factores, representan un “desafío amenazador para la humanidad” que tiene un muy particular impacto en las zonas agrícolas.
Los campesinos, y “en especial los más pobres”, pueden no tener otra salida que abandonar sus tierras en búsqueda de una mejor vida, pero “la migración debería ser una opción y no la única alternativa que les quede”, dijo el brasileño José Graziano da Silva, director general de la FAO, en un vídeo divulgado en el foro.
El informe “Estrés hídrico y migración humana” fue elaborado por ese organismo de las Naciones Unidas, junto con la Alianza Mundial en favor del Agua (Global Water Partnership) y la Universidad de Oregón (EE.UU.).
En sus conclusiones, pide dar “mayor atención” al caso de los “migrantes ambientales” y adoptar medidas para “adelantarse” en “forma oportuna” a los fenómenos que los mueven a dejar sus lugares de origen.
Indica que el “estrés hídrico se refiere en general a situaciones en las que no se satisface la demanda debido a una combinación de problemas de acceso y disminución de la disponibilidad y la calidad del agua”.
Ese fenómeno tiende a agravarse como consecuencia del aumento de las temperaturas, la demanda creciente de los sectores agrícola, energético e industrial, y “puede reflejar mayores extremos en las precipitaciones o vulnerabilidad a las inundaciones, así como con condiciones más frecuentes de sequía”, apunta.
El informe añade, sin embargo, que “si bien las intervenciones oportunas pueden mitigar la migración involuntaria, el impacto de los migrantes sobre el estrés hídrico en los lugares a los que llegan merece igualmente mayor atención”.
En ese sentido, alerta sobre “los asentamientos informales”, que “implican a menudo formas de uso de la tierra que emplean el agua de forma ineficiente, dañan los ciclos hidrológicos locales o alteran los sistemas tradicionales que incentivan su conservación”.
Según el director adjunto de la FAO al frente de la División de Tierras y Aguas, Olcay Unver, “es esencial asegurarse de que la interacción entre la escasez de agua y la migración no se convierta en una situación de agravamiento mutuo”.
Diario Libre / EFE