El anuncio de que el Ministerio de Medio Ambiente dará un año más para la erradicación de la agricultura de ciclo largo en Valle Nuevo, en específico aguacate y fresas, ha despertado alarmas entre algunos ambientalistas. Si bien es cierto que las razones pueden ser válidas y en apariencia justas, el recuerdo de darle largas a su rescate es un trago amargo para los que reclaman la salvación de «la madre de las aguas».
En 2016 se cantaba victoria con la resolución del ministerio que daba inicio al plan de rescate. Se logró eliminar la agricultura de ciclo corto del lindero norte y cuando procedía el mismo plan para el lindero sur en 2018, luego de una prórroga, llegó un nuevo ministro con una visión distinta sobre este plan, promoviendo descaradamente la agricultura de ciclo corto y la siembra de aguacate.
En diciembre de 2020, el actual ministro ofrecía el rescate del lindero sur para el primer trimestre de este año, el cual se ha ido extendiendo al encontrarse con diferentes realidades que complican el plan.
En un año pueden pasar muchas cosas, ese es el temor de los ambientalistas. El recuerdo del ministro anterior sigue presente, dejando una herida que aún no sana.
Mientras tanto, en el lindero norte las vacas y chivos andan campantes, aprovechando el espacio donde se prohibió la agricultura.
Marvin del Cid
Diario Libre