La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles provoca cada año 4,5 millones de muertes en todo el mundo, según un estudio elaborado por Greenpeace y el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés).
Alrededor de 40.000 de los fallecidos son niños menores de cinco años, que se ven afectados ante la exposición a micropartículas procedentes de los combustibles fósiles, mientras que unos 16 millones de menores sufren asma debido al dióxido de nitrógeno (NO2) emitido por los vehículos de combustión y las centrales eléctricas.
En la Unión Europea (UE), el informe estima que unas 398.000 muertes prematuras están “vinculadas” a enfermedades causadas por la quema de carbón y derivados del petróleo.
“La contaminación del aire es una amenaza a nuestra salud y a nuestra economía. Cada año, la contaminación generada por los combustibles fósiles se lleva millones de vidas e incrementa los riesgos de padecer ataques, cáncer de pulmón y asma, además de costarnos billones de dólares”, afirma Minwoo Son, responsable de la campaña Aire Limpio en Greenpeace Sudeste Asiático.
“Pero es un problema que sabemos cómo resolver: evolucionando hacia fuentes renovables de energía, poniendo fin a los coches diésel y gasolina y fomentando el transporte público”, añade Son.
Por otro lado en España, debido al incumplimiento de los niveles máximos de NO2 impuestos por la directiva europea, se ponen “en riesgo” hasta 35.000 vidas al año, ha informado, en un comunicado, el responsable de Movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández, y además, el país se enfrenta así a “sanciones millonarias”.
La investigación apunta que el coste económico de la contaminación causada por estos combustibles equivale al 1,68 % del PIB español y al 3,3 % del PIB mundial cada año.
A pesar de los datos mostrados en el informe, “todavía hay administraciones que siguen promoviendo el uso de combustibles fósiles“, ha señalado Fernández.
Greenpeace ha asegurado que eliminar los combustibles fósiles conllevaría “importantes beneficios sanitarios y económicos” y ha recordado que “los sectores del transporte y la generación de energía eléctrica son los principales causantes de la contaminación atmosférica”, por lo que exige a los gobiernos que tomen medidas.
“Las energías renovables y los sistemas de transporte público basados en energías limpias no solo reducen la toxicidad del aire, sino que también son clave para limitar el incremento global de temperatura por encima de 1,5 grados centígrados, tal y como marca el Acuerdo de París”, ha apuntado el estudio.