Por: Marta Quéliz
La lista de dominicanos que sufren de algún problema de salud es larga. Unas afecciones tienen su origen en la ciencia (genética, herencia, malformaciones…). Sin embargo, hay otras que son provocadas por la inconsciencia de quienes apuestan a disfrutar en detrimento de los demás.
Lo que sucede en el país con el ruido, es un ejemplo. Carros con bocinas con música a altos decibeles, colmadones, los famosos “drink” y la poca educación de algunos vecinos que se dejan envolver por la magia de la bulla, son solo algunas de las razones que contribuyen a la contaminación sonora.
Afortunadamente la situación contempla otro panorama. Las autoridades, con el respaldo de la jefatura de la Policía Nacional y el Ministerio de Medio Ambiente parecen que están tomando al toro por los cuernos.
El coronel José Luis Montás Casaño, encargado del Departamento Antirruidos, explica que son muchas las medidas que se están tomando al respecto. Dice que la Ley 287-04 sobre Prevención y Limitación de Ruidos Nocivos y molestos a la salud que producen contaminación sonora está aplicándose a todos los niveles.
La razón es compleja. Cuenta que los ruidos a altos decibeles provocan intraquilidad y estrés, lo que a su vez produce una sustancia llamada catecolomina que acelera el ritmo cardíaco. “La constante exposición a sonidos muy elevados (decibeles por encima de los 80), producen problemas nocivo al corazón que además afectan la conducta de la persona afectada. Cuando los decibeles están por encima de los 90 hacen daño severos al oído”.
Por esa razón trabajan en conjunto para evitar la propagación del problema. En lo adelante podrían contemplar la posibilidad de que los colmadones utilicen cristales antirruidos y así eviten que les sean incautadas sus bocinas. Lo ideal es que el sonido esté por debajo de los 50 decibeles, que es la unidad usada para medir la potencia acústica.
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MEDIDAS QUE APUESTAN A MODERAR LOS RUIDOS
papel de la sociedad
Para poner fin a la contaminación auditiva no es suficiente la voluntad de las autoridades. La sociedad también debe colaborar con esta tarea, considera José Luis Montás Casaño.
Dice que es importante que la gente tome consciencia sobre los daños que causan los ruidos a la salud y a la paz social para que así contribuya a su erradicación.
Señala que de 9:00 a. m. 7:00 p. m. los decibeles deben ser de 50, de 7:00 p. m. a 9:00 a. m., de 65. Quebrantar la ley conlleva citaciones y multas. Para denunciar este tipo de actuaciones la población pueden llamar al 809-508-2256.
Vía: Listín Diario