A finales de 1999, el Parque Zoológico Nacional firmó un acuerdo con la Sociedad para la Conservación y la Investigación de las Lechuzas (SCRO), un organismo internacional con sede en Canadá.
El objetivo principal de dicho acuerdo era crear en nuestro país una población cautiva genéticamente sana de las lechuzas nativas de nuestra isla. La Sociedad se comprometía a aportar fondos para la construcción de los aviarios y a darnos asesoramiento técnico. Cundió el entusiasmo y empezamos a buscar fondos de contrapartida locales. El Banco de Reservas apadrinó el proyecto y donó dinero para construir cuatro aviarios.
Cuando los de SCRO se enteraron decidieron patrocinar cuatro aviarios más. Así pudimos construir ocho aviarios en el año 2000, en un área sin acceso al público, delimitada con malla anticiclónica.
El apoyo del Banreservas fue vital, pues para los organismos internacionales, por razones obvias, un proyecto que consigue fondos locales es mucho más confiable. Instituciones de Inglaterra, Italia y Alemania se unieron al proyecto y en diciembre de ese mismo año se colocó la primera pareja de Lechuza Cara Ceniza (Tyto glaucops), endémica de la isla, en uno de los aviarios.
En marzo del 2001, en menos de tres meses (un tiempo record) nacieron los primeros dos polluelos. Era la primera vez que esta especie se reproducia en cautiverio en el continente americano. Se siguieron sumando esfuerzos de apoyo. En Canadá, un profesor daba conferencias de recaudación para el proyecto; boys scouts hicieron colectas con el mismo propósito. El Dr. Julio Báez donó un freezer para almacenar comida congelada.
El Banco de Reservas asignó una suma anual para el proyecto. Además, en su Memoria Anual se hizo un gran despliegue publicitario con fotos de los polluelos y las otras especies de lechuzas que forman parte del proyecto, acompañado de un artículo explicativo. A principios del 2002 se confeccionó un calendario conservacionista, en el cual aparecen las fotos de las lechuzas y leyendas alusivas a los objetivos del proyecto. Estos calendarios fueron distribuidos en cientos de centros educativos y en todas las sucursales del Banco de Reservas.
En el 2003 nacieron, también por primera vez, polluelos de Cucú (Athene cunicularia) una subespecie endémica. En el 2002 el proyecto ganó el premio que otorga la Ford Motor Company en la categoría «Conservación y Educación Ambiental» con una donación de tres mil dólares. Era la primera vez que el Zoológico ganaba ese premio. En el 2005 iniciamos un proyecto piloto de liberación. Se liberaron tres lechuzas Cara Ceniza en el área de cría, dos de las cuales sobreviven cinco años después, éxito poco común en este tipo de programa. Los resultados de este proyecto han sido presentados en varios congresos científicos (Cuba, 2001; Trinidad & Tobago, 2003; República Dominicana, 2005; Guadalupe, 2005; Cali, 2007).
Como se trata de un proyecto único en Latinoamérica, varios zoológicos han solicitado asesoramiento sobre el tema. En el 2007 quien firma ofreció una charla sobre reproducción de lechuzas en cautiverio a técnicos del Zoológico de Cali, uno de los más prestigiosos de Suramérica.
En el 2007 una pareja de Lechuza Común (Tyto alba) tuvo crías, otra primicia para el proyecto. De las cinco especies residentes en el país, ya hemos logrado reproducir tres. Quedan pendientes la Lechuza Orejita (Asio stygius) y la Lechuza Sabanera (Asio flammeus).
Simón Guerrero
guerrero.simon@gmail.com
Diario Libre