Tras haber alcanzado este año el pico de población más alto en casi dos décadas, la ballena gris se consolida como uno de los reclamos turísticos del estado mexicano de Baja California Sur, destino habitual de visitantes de Estados Unidos y Canadá.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó esta semana de que a finales de febrero pasado se avistaron 2.652 cetáceos, entre ballenas adultas y ballenatos, en las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, donde recalan en esta época.
La cifra es considerada «uno de los mejores promedios de los últimos 19 años y es mayor en un 10 % en comparación con las 2.419 ballenas registradas en la temporada pasada», destacó la Semarnat.
Además, en la tercera semana de febrero nacieron en esas áreas naturales 1.129 ballenatos y entraron 1.523 ballenas adultas.
Aunque la ballena gris ha adelantado su regreso hacia Alaska como consecuencia del fenómeno de El Niño, debido a la temperatura templada del agua que facilita su regreso, aún se observan cientos de ballenas y su avistamiento culminará el próximo 30 de abril.
Cuatro meses es lo que este mamífero marino tarda en su travesía migratoria, explicó en una reciente visita de periodistas a la zona el biólogo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Benito Bermúdez Almada, director Regional de la península de Baja California y Pacífico Norte.
«Más que de dónde vienen, yo diría a dónde van, porque son mexicanas, aquí copulan y aquí nacen, y tienen que ir a Estados Unidos a comer porque allá las aguas son más ricas en el tipo de alimento que ellas buscan», afirmó Bermúdez.
La cálida Laguna Ojo de Liebre en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en Baja California Sur, es el punto del que parten hacia las frías aguas de Alaska.
«Se alimentan fundamentalmente de pequeños crustáceos y pequeños peces pero sobre todo organismos del fondo, especies que no son filtroalimentadores de superficie», detalló.
Menos de dos horas de viaje en avión desde La Paz, capital de este estado, a Guerrero Negro, en el municipio de Mulegé, es lo que hace falta para conocer a esta belleza de la naturaleza.
Tiene una piel de un gris moteado cubierta en gran parte por crustáceos y con un tamaño que puede llegar a los 18 metros en su edad adulta y a un peso de 35 toneladas, además de una estimación de vida de «unos 50 o 60 años».
Las «amistosas» se aproximan tanto que incluso se pueden llegar a tocar y raros son los casos de accidentes.
Uno de ellos tuvo lugar el miércoles pasado, con la muerte accidental de una turista canadiense al chocar una ballena contra la pequeña embarcación en la que avistaba a esos cetáceos, informó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) mexicana.
La ballena gris es una de las especies más grandes del mundo marino y uno de los animales protegidos por las normas mexicanas debido a que su caza furtiva ocasionó una disminución de ejemplares de esta especie en las primeras décadas del siglo XX.
Baja California Sur se encuentra en el noroeste de México y ocupa la mitad meridional de la península de Baja California, cuya otra mitad lleva ese mismo último nombre y hace frontera con California (Estados Unidos).
En la frontera entre los dos estados que conforman esa península mexicana (Baja California y Baja California Sur), podemos encontrar la exportadora de sal más grande del mundo en explotación a cielo abierto.
Según el Gerente de Gestión Integral y Planeación de la Exportadora de Sal, Martín Domínguez, la compañía produce aproximadamente 248 millones de toneladas anuales del producto y participa en el mercado mundial «con el 15 por ciento».
«Como unidad de producción somos la salina más grande del mundo y como empresa ocupamos el noveno lugar», señaló.
De la salazón puede darse un producto «fino, regular, grueso o bajo en bromo», este último utilizado «en la industria química, principalmente para la obtención de hipoclorito de sodio» (cuya disolución en agua es conocida como lejía), detalló.
Otra de las maravillas de Baja California es la porción que ocupa del desierto sonorense, un área compartida con el estado mexicano de Sonora y los estadounidenses de Arizona, California y Nuevo México.
Allí se encuentran algunas estrellas de la fauna mexicana, como el berrendo peninsular, el venado y el borrego, «especies muy carismáticas que han estado en peligro de desaparecer, razón por la cual hace más de veinte años se iniciaron los programas de recuperación de la población», comenta Bermúdez.
Por último, en la Sierra de San Francisco, en la región norte de Baja California Sur, en un enorme paraje cactáceo, el visitante puede disfrutar de la Cueva de las Conchas, donde se pueden encontrar pinturas rupestres de hace más de 7.500 años.
Vía: Listín Diario