La Asamblea Nacional de Francia aprobó en primera instancia una ley contra el cambio climático que desincentiva el uso de transportes contaminantes y que incluye medidas para proteger la Amazonía francesa de su provincia de Guyana.
La ley del Clima, que debe ahora pasar por el Senado antes de su aprobación definitiva, salió adelante gracias al apoyo del partido gobernante el centrista La República en Marcha (LREM) y obtuvo el apoyo de 332 diputados, 77 noes y 145 abstenciones (la mayoría en el bloque de la derecha).
Nacida de las propuestas de una asamblea ciudadana impulsada por el presidente francés, Emmanuel Macron, la norma pretende modificar los hábitos de vida de los ciudadanos, a quienes se incentiva a usar medios de transportes menos contaminantes.
Por ejemplo, se prohibirán rutas aéreas dentro de Francia si hay una conexión ferroviaria disponible de menos de 2 horas y 30 minutos de duración.
Asimismo, las ayudas económicas para el cambio de vehículos contaminantes se extenderá también a la adquisición de bicicletas eléctricas.
La ley también pretende adoptar maneras de consumo más sostenibles, evitando ofrecer con tanta frecuencia alimentos con una considerable huella contaminante, como la carne.
Así, se introducirá un menú semanal vegetariano en los comedores escolares.
El texto prevé prohibir la publicidad en favor de las energías fósiles (carburantes, gas, fuel).
Otros sectores relacionados con el uso de esas energías no resultan directamente regulados, aunque la norma recuerda los compromisos de los fabricantes de vehículos franceses, que gastarán el 70 % de su presupuesto publicitario en los automóviles eléctricos.
Otro de los artículos de la norma es la obligación de realizar hasta 2028 trabajos de aislamiento térmico en viviendas de alquiler que consumen demasiada energía (se calcula que hay unos 5 millones en todo el país).
También figuran en el texto la reducción de las áreas urbanizables en detrimento de zonas agrícolas o espacios naturales y el establecimiento de un delito general sobre la contaminación del agua y del aire, con multas de hasta 4,5 millones de euros (5,4 millones de dólares) y hasta diez años de prisión.
Asimismo, se establecerá una reducción del 50 % hasta 2030 de las emisiones de partículas finas generadas por la calefacción de leña en los territorios más contaminados, mediante el reemplazo de los cerca de 600.000 aparatos basados en esa fuente energética.
En la nueva ley, no queda claro si Francia se compromete a reducir las emisiones de gases contaminantes de aquí a 2030 en al menos el 55 % en relación a 1990, como preconiza la Comisión Europea (CE).
Protección de la Amazonía francesa
La norma incluye un capítulo especial que busca proteger la selva amazónica de la región francesa de ultramar de la Guyana, fronteriza con Brasil.
Esta región -el único territorio europeo en la Amazonía- aglutina el 1,4 % de la selva amazónica, frente al 58 % de Brasil.
La ley endurece las penas a quienes se dedican a la minería ilegal, con hasta cinco años de cárcel, que pueden aumentar a diez en caso de que se lleve a cabo en aéreas protegidas.
“El bosque original en la Amazonía es un pulmón de nuestro planeta y necesita el mejor nivel de protección”, señaló la ministra francesa de Medio Ambiente, Barbara Pompili, al aprobarse la ley en la Asamblea.
Esta norma busca también la cooperación judicial para combatir la minería ilegal, como el acuerdo logrado el marzo pasado con Surinam, el único país, además de Brasil, que hace frontera con la Guyana francesa.