Kew Gardens, el mayor jardín botánico británico, celebra este año su 260 aniversario poniendo en valor la riqueza de su colección y la importancia de su trabajo en unos inmensos jardines en el suroeste de Londres que recuerdan a las pinturas impresionistas de finales del siglo XIX.
En los jardines, que fueron declarados Patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003, se respira un respeto profundo por un paisaje centenario que atrae cada año a casi 2 millones de visitantes a pasear por sus más de 100 hectáreas.
Los jardines Patrimonio de la Humanidad
En un encuentro con los medios de comunicación, expertos de diversos ámbitos analizaron este miércoles el papel vital para la investigación y la innovación científica de uno de los jardines botánicos más conocidos del mundo en la celebración de su aniversario.
“La importancia de Kew Gardens reside en la enorme riqueza de la colección de plantas y hongos, el banco de semillas, el herbario y los archivos de la biblioteca, una gran riqueza de información del mundo natural de hace 260 años”, dijo a Efe Sharon Willoughby, jefa de Interpretación de Kew Gardens.
Los jardines se crearon en 1759, cuando la princesa Augusta, madre del rey Jorge III, funda un pequeño jardín que rápidamente se convirtió en uno de los parques botánicos más importantes del mundo. Tal fue el interés que despertó que en 1840 se abrió al público.
Los jardines albergan numerosos tesoros arquitectónicos como el Kew Palace, el edificio más antiguo del complejo que fue la casa de verano del rey Jorge III durante el siglo XVIII, o la Gran Pagoda, que ha sido restaurada recientemente.
Construida en 1762 y diseñada por William Chambers, se trata de una gran construcción de arquitectura china cuyos 253 escalones conducen a lo alto de la torre desde donde se puede observar una panorámica de la capital británica, así como la belleza de los jardines.
Adam Budhram, gerente de Medios y Relaciones Públicas de Historic Royal Palaces, señaló que la Pagoda fue en su momento “The Shard de su tiempo”, por su gran altura.
Siete millones de especies botánicas
Otro de los tesoros que esconden los jardines es el herbario en el que se almacenan 7 millones de especies botánicas y ejemplares de lugares de todo el mundo que datan de hace más de 100 años.
“Cada especie tiene una historia, así que aquí hay 7 millones de historias”, aseguró Nina Davis, experta en botánica de Kew Gardens.
En el campo científico, los jardines cuentan con alrededor de 300 empleados cuyo trabajo se extiende a más de 100 países. “Kew Gardens existe para afrontar grandes desafíos como el hambre, las enfermedades o la contaminación“, señaló James Borrell, investigador del departamento de Capital Natural y Sanidad Vegetal.
Borrell destacó el papel fundamental que Kew Gardens juega a nivel internacional, como líder en el estudio de plantas y hongos, conservación y la búsqueda de soluciones basadas en plantas para los desafíos ambientales globales.
Asimismo, los jardines permiten adentrarse en la Temperate House, el mayor invernadero victoriano del mundo y hogar de 1.500 especies procedentes de África, Australia, Nueva Zelanda, América y Asia, así como en la Marianne North Gallery, de cuyas paredes cuelgan cientos de pinturas de plantas de todo el mundo.
Durante este 2019, el Kew Palace y la Gran Pagoda están abiertas al público, así como dos nuevos jardines como The Children Gardens para acercar a los más pequeños al mundo de la botánica y el Agius Evolution Garden, que invita a los visitantes a descubrir sobre la evolución de las plantas y distintas especies.