Diez años han pasado desde que una fundación ecológica con sede en Punta Cana iniciara un vivero piloto frente a las costas orientales de la provincia La Altagracia con el propósito de restaurar los degradados arrecifes de corales de la zona. Para empezar, eligieron rescatar una especie de coral en peligro de extinción cuya población había mermado considerablemente en los últimos 30 años: la Acropora cervicornis o cuerno de ciervo.
Hoy, este vivero se ha convertido en el segundo más grande del Caribe y los resultados del proyecto, replicado en otros puntos del país, han dejado sorprendida a la comunidad científica.
Viveros marinos
Factores naturales y humanos han provocado un descenso de las colonias de corales en todo el mundo. Se estima que en el Caribe, la población de las especies Acropora cervicornis (cuerno de ciervo) y Acropora palmata (cuervo de venado) ha mermado en más de 97% en los últimos 30 años, considerándose ambas en estado crítico de extinción.
Debido a la importancia de estas especies para el ecosistema marino del Atlántico central, la Fundación Ecológica Puntacana se propuso en 2004, en una alianza con la Escuela de Marina y Ciencia de la Universidad de Miami y la organización Counterpart International, rescatarlas de la extinción.
El exitoso resultado son casi 2,000 metros de tejido lineal de Acropora propagados en el vivero de Punta Cana y varias réplicas del proyecto en distintos puntos de la costa dominicana.
¿Cómo lo hicieron? Recolectaron material de colonias existentes y las propagaron en viveros bajo el agua en armazones de soga y metal ubicados frente a las costas de Punta Cana, en la provincia La Altagracia. A medida que crecían los corales, podaban los armazones y los fragmentos de corales eran plantados nuevamente en el arrecife.
Los corales, a través de la reproducción asexual o del desove, volvieron a su propia recuperación.
Buena acogida
Diego Lirman, profesor de la Universidad de Miami y líder de este proyecto científico para la fundación Puntacana, dijo a LISTÍN DIARIO que el éxito del programa ha resultado una grata sorpresa para la comunidad científica, que al principio mostró cierta resistencia.
Pero era una resistencia entendible -opina Lirman-, que suele aparecer cuando se manipula la naturaleza y sus elementos se mueven de sitio.
“Cuando empezamos a hacer un análisis y revisión de quiénes estaban trabajando y dónde, nos encontramos con más de 50 proyectos de restauración de corales que usaban el género Acropora en el Caribe, incluyendo a Florida. Luego nos dimos cuenta de que muchos de esos proyectos habían terminado, habían sido de corto plazo o no habían tenido suficiente apoyo local y fueron desapareciendo”.
Pero no era el caso de los viveros de Punta Cana, apuntó el ecólogo marino en uno de los talleres que cada cierto tiempo organiza la fundación.
Según Lirman, a nivel de la propagación en los arrecifes de corales de las especies cuernos de ciervo y cuernos de arce, este es uno de los tres centros más importantes dentro del Caribe, incluyendo Florida, en cuanto a la biomasa y fenotipos y a la cantidad de colonias que se han trasplantado de vuelta a los ambientes naturales.
Este logro provocó un cambio de opinión en la comunidad científica en los últimos cinco años.
“Inclusive tenemos socios que en su momento habían estado no sólo en contra, sino con dudas respecto a la metodología. Ahora que hemos demostrado que funciona, que estamos mejorando el medio ambiente, que no estamos modificando la genética y que no estamos contribuyendo a la degradación, estamos siendo más respetados”, expresa.
Lirman considera, sin embargo, que la alarma sobre el deterioro de los corales debe continuar.
“Hay que entender que trabajar solamente en un frente no va a solucionar el problema. Hay problemas ambientales locales y nacionales que impactan los ecosistemas y que se deben mejorar para que la recuperación de los corales perdure”.
¿QUIERES AYUDAR? ADOPTA UN CORAL
Aunque ocupan menos del 0,001% de la superficie de los océanos del mundo, los arrecifes de coral, como explica la fundación Reef Check Dominicana, contienen alrededor de un cuarto de toda la vida marina conocida.
Para buscar aliados en el trabajo de restauración de corales, Reef Check promueve la campaña “Adopta un coral”. ¿De qué se trata?
La institución mantiene un registro de cada uno de los corales en los viveros, “haciendo posible que cada persona se haga responsable de asegurar el adecuado mantenimiento y posterior trasplante de uno o varios corales. Esta es una excelente oportunidad para que la restauración activa de estos corales sea autosuficiente, y es una manera muy innovadora y diferente de hacer un regalo a alguien en un día especial”, entiende la organización sin fines de lucro.
Si te interesa colaborar, escríbeles a info@reefcheckdr.org
BANCOS DE GENÉTICA PARA ASEGURAR LAS ESPECIES
La Fundación Ecológica Puntacana inició también la instalación de bancos de genética de las especies Acropora en Sosúa. “Es bueno tener depósitos en otros lugares para restaurar los arrecifes en caso de tormentas”, explica Diego Lirman, ecólogo marino de origen argentino. “En nuestros viveros hemos podido repoblar lugares que habían perdido toda la población de corales”, dice.
MILES DE TEJIDOS PROPAGADOS EN 10 AÑOS
Jake Kheel, director de la Fundación PuntaCana, confirma que actualmente existen nueve viveros de corales en República Dominicana establecidos por la Fundación Ecológica Puntacana y sus socios Reef Check RD y Fundemar. Estos viveros están ubicados en Punta Cana, Punta Rucia, Bayahíbe, Pedernales, Las Galeras, el Parque Submarino La Caleta, Sosúa, Montecristi y Palmar de Ocoa.
Hasta julio de 2013, más de 1,665 metros de tejido lineal de Acropora se habían propagado en el vivero de Punta Cana (la fundación maneja cuatro de estos viveros) y unos 2,000 metros de tejido en los otros viveros. En lo que va del 2014, sigue Kheel, 13 sitios de trasplantes adicionales han sido establecidos en Punta Cana, utilizando unos 1,920 fragmentos del vivero. “Esto equivale a unos 700 metros de tejido.
En total, 35 sitios de trasplante han sido establecidos en la zona arrecifal de Punta Cana desde el 2010”, explica Kheel. La Fundación Reef Check Dominicana, que maneja viveros en Sosúa (Puerto Plata), La Caleta (provincia Santo Domingo), Palmar de Ocoa (Azua), Las Galeras (Samaná) y Juancho (Pedernales), instalará próximamente uno en la provincia Montecristi.
Por Yaniris López
Vía: http://listin.com.do/