La reina por excelencia de este municipio es la ecología. Su gran potencial distingue cada espacio geográfico de esta ciudad ubicada en el mismo trayecto de la cordillera Central. Es lo que atrae a incontables turistas nacionales y extranjeros, que al entrar en contacto con la multiplicidad de bondades naturales deciden hacer suyo el disfrute de una completa vida natural.
Al emprender el viaje hacia estas montañas lo primero que el viajero observa es una encantadora vegetación que bordea toda la vía empinada. Atravesar los Alpes es encontrarse con una exuberante foresta bañada de majestuosos pinares que ofrece una cordial bienvenida, entregando uno de los climas primaverales más especiales con que cuenta República Dominicana. El trayecto entre curvas, los 21 kilómetros que separan La Vega de Jarabacoa, constituye el experimento de la más rica convivencia del ser humano con la biodiversidad de su propio entorno.
Trasladarse por esta carretera cuando sale el sol es presenciar un verdadero espectáculo de la naturaleza y sentir la brisa fría es remontarse a cualquier escenario paradisíaco.
Los ríos
A siete kilómetros antes de llegar al municipio, en la parte norte, se encuentra la vista más bella en un poblado rodeado de encantadores follajes y jardines naturales que engalanan cada una de sus colinas.
Se trata de Buena Vista, uno de los dos distritos municipales con que cuenta Jarabacoa.
Su crecimiento poblacional con cinco secciones y 39 parajes no ha impedido el florecimiento de la foresta y el recibimiento que dan a los visitantes las frías aguas de los ríos Yaque del Norte, Jimenoa y Camú.
El tránsito a través de esta vía, denominada Corredor Ecológico, resulta agradable no solo por la imponente multiplicidad de recursos naturales, sino porque es aquí donde está la única Escuela Nacional Forestal (Esnafor), la cuna de la ecología y de la ideología metodológica de mayor empuje hacia la capacitación de innumerables técnicos superiores de las ciencias forestales.
La Esnafor establece convenios ecológicos con instituciones nacionales e internacionales.
En la actualidad hay 38 estudiantes cursando su pasantía en distintos escenarios ecológicos del país y con dos años y medio de estudios medioambientales aprobados.
Según expresa la directora de Esnafor, Marta Fernández, la proyección que tiene la escuela es lograr que los técnicos se gradúen en las especialidades de Medio Ambiente y Recursos Naturales, convertir la carretera principal de este centro en corredor ecológico hasta llegar al Salto de Jimenoa y la aprobación de solicitudes hechas a través de distintas embajadas para el envío de semillas de árboles de distintas especies propios de una gran cantidad de países.
VARIEDADES DE PINOS QUE SE CULTIVAN
Las 400 tareas de terrenos que alojan a la Esnafor están conformadas por senderos y parques ecológicos, invernaderos, aserraderos, ebanistería, bancos de semillas y un vivero con una capacidad que supera la producción de más de 500,000 plantas por ciclo.
De acuerdo con lo expresado por Frank Badía, profesor de conservación y suelo y asistente en fitopatología, en el vivero se producen las variedades de pino caribean, ciprés, grevilea, caoba hondureña, robles, acacia mangium, caoba criolla, Emelina, casuarina, mara, entre otras especies maderables.
Al llegar a Jarabacoa la oferta principal que entrega la madre naturaleza es muy diversificada, pues cada quien selecciona la opción deseada entre los ríos Yaque del Norte, Baiguate y Jimenoa, además de los incontables saltos, cascadas, arroyuelos y, sobre todo, la impresión que causa encontrarse en medio de grandes extensiones de fuentes hídricas.
La comunidad se une y progresa
Es aquí donde se encuentra la comunidad de Los Calabazos, ubicada en una extensa ladera que termina en el río Yaque del Norte.
Los 365 habitantes de esta zona rural implementan un modo de vida cónsono con los principios ecológicos.
Sus moradores aseguran que como la unión hace la fuerza emprendieron juntos en el año 2003 la construcción de un proyecto turístico- ecológico a orillas del río Yaque del Norte.
La señora Esperanza Marte, presidenta del Club de Madres La Nueva Esperanza, argumenta que con el esfuerzo constante de hombres y mujeres de trabajo, lograron edificar con madera rústica, cana y techo de caña brava el Complejo Ecoturístico Sonido del Yaque, el cual consta de seis cabañas con un total de trece habitaciones.
Este complejo comunitario ofrece a los visitantes alojamiento, comida, atenciones de primera y el atractivo principal que constituye pernoctar con la protección de la naturaleza, el vestido de una vegetación desbordante y el abrigo de los pinares.
La compañía más especial con la que cuenta el visitante es el canto de los pájaros y el sonido permanente de las caudalosas aguas del río Yaque del Norte.
Los servicios
La constancia puesta de manifiesto por estas personas laboriosas ha dado sus frutos. Reciben turistas desde cualquier punto del país y delegaciones de estudiantes universitarios internacionales que se hospedan durante fines de semanas, por quince días o por un período de hasta un mes completo.
Los recursos que devengan por los servicios que ofrecen se distribuyen equitativamente entre todos. Ya tienen funcionando cuatro invernaderos y uno en construcción.
Reciben el agua y la luz gracias a una mini hidroeléctrica y un mini acueducto que construyeron y ya llevan en proyecto el uso del biogas que ha comenzado a abastecer a varios hogares de Los Calabazos.
A pocos kilómetros de esta zona está la comunidad de Los Dajaos, cuyos moradores cuidan los recursos ecológicos con esmero. Para ello, se han insertado en instituciones ecológicas como el Proyecto Para el Cuidado del Río Yaque del Norte (Procarym), el Plan Cordillera y otras entidades que propugnan por la orientación continua a los campesinos acerca de su responsabilidad para el mejoramiento entre la relación hombre-naturaleza.
Cada día de sus vidas asumen como suya una misión ecológica, lo que les permite cultivar la tayota, el café, las fresas, rubros y vegetales con procedimientos totalmente orgánicos. No es raro observar en esta zona humildes viviendas levantadas en medio de colinas tupidas de pinares y otras especies maderables y frutales.
Las condiciones naturales que prevalecen en estas secciones son tan atractivas que cada vez más se acrecientan las construcciones de cabañas veraniegas con estilos parecidos a las que se encuentran en los Alpes Suizos por parte de escritores, artistas, empresarios y políticos dominicanos y de distintas nacionalidades.
En la parte Sureste de Jarabacoa existen pequeños poblados circundantes al río Jimenoa, a imponentes saltos y abundantes fuentes hídricas.
Es común la convivencia de la gente con uno de los climas más fríos que se registran en esta zona.
Por: Minerva Ramírez
Listín Diario
Me podria alguien informar como me puedo poner en contacto con el projecto Buena Vista para una estadia?
Gracias