P. Profesor, han vuelto los incendios forestales a la Sierra de Bahoruco ¿cuáles daños causan a estas montañas y sus áreas protegidas?
R. Es así, la Sierra de Bahoruco, tradicionalmente afectada por los incendios forestales, después de varios años de descanso que le permitieron recomponer su hermosa cobertura forestal, muy especialmente sus inmensos bosques de coníferas, está siendo afectada sensiblemente por los fuegos.
Los incendios van eliminando totalmente la cobertura boscosa por la falda sur de este sistema montañoso, el segundo más elevado que tiene la isla. Las zonas más afectadas son Los Arroyos, Mencía, Las Abejas, La Altagracia y Las Mercedes y en todos los casos son fruto del conuquismo que ya se está practicando dentro del parque nacional Sierra de Bahoruco.
Lo más lamentable de este caso es que se trata de empresarios y personalidades dominicanas y extranjeras que contratan mano de obra haitiana para que le limpien los terrenos para el cultivo de aguacate, otros frutales y cultivos de subsistencia que hacen más daño que los beneficios que brindan, porque aquellos suelos no son aptos para la agricultura.
El daño es aterrador si evaluamos que la Sierra de Bahoruco es el museo viviente o el santuario de la biodiversidad más importante, no solo de esta isla, sino de toda la América insular caribeña. Esta cadena montañosa, conocida como la paleoisla del Sur, que hace tan solo millón y medio de años que se unió al resto del archipiélago de La Española, al desaparecer el canal marino o brazo de mar que unía La Bahía de Neiba con Puerto Príncipe.
Es decir, La Sierra de Bahoruco es un templo a la biodiversidad insular caribeña, uno de los tres puntos más megadiversos del mundo, reconocido por varios documentos científicos que hoy recorren el orbe y en particular, por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y más recientemente por la Unesco, al reconocerla como el centro de la Reserva de Biosfera Jaragua – Bahoruco – Enriquillo.
Si esto no nos llama a la reflexión y paramos definitivamente los incendios forestales,sacando del Parque Nacional a todo aquel que esté violando las leyes 202-04, 64-00 y 67-74, probablemente estemos convirtiendo en cenizas, el oro verde del mayor templo a la biodiversidad de la Región del Caribe.
Es hora de actuar, por la ley o por la razón.
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