Un incendio forestal al sureste de Austin, Texas, destruyó unas 300 viviendas y su frente de 26 kilómetros (16 millas) de largo avanzaba el lunes sin control por ranchos resecos, dijeron las autoridades.
El incendio, uno de los decenas que cuadrillas combaten en diversas partes del estado en medio de la sequía, ha arrasado 7.080 hectáreas (17.500 acres) y no amenaza la capital local, de la que se ubica a 50 kilómetros (30 millas) y se desplaza en dirección contraria.
Sin embargo, el poder destructivo del fuego y su velocidad de propagación hacía que fuera inseguro combatirlo por tierra, dijo la portavoz del Servicio Forestal de Texas, Jan Amen.
«(El incendio) es un monstruo, no se le ha detenido nada», agregó. Debido a esta situación, las autoridades estatales se disponían a enviar a toda prisa su flota aérea de bomberos, incluidos helicópteros de la Guardia Nacional, y cuatro enormes aviones cisterna.
También traerán un avión cisterna de Dakota del Sur. Este incendio era el más grande de una decena de incendios persistentes en Texas, entre ellos 63 que comenzaron desde el domingo.
El estado padece su peor sequía desde la década de 1950 y el peligro era mayor ante la intensificación de los vientos por la tormenta tropical Lee, que se ubica a cientos de kilómetros (millas) al este.
Debido a los incendios, el gobernador Rick Perry abrevió su visita a Carolina del Sur y canceló una gira que tenía preparada para California, dijo en un comunicado el portavoz de su campaña por la candidatura presidencial republicana, Ray Sullivan.
Vía: Hoy Digital