Aseguran que no hubo fuga radiactiva. La nave quedaría desactivada.
Un submarino nuclear ruso sufrió un incendio masivo en su casco que generó alarma en el gobierno de Dimitri Medvedev y movilizó a la cúpula militar, aunque después de varias horas de trabajo intenso se logró controlar la situación y extinguir las llamas. Las autoridades aseguraron que no se produjeron fugas radiactivas, pero la nave resultó muy afectada y podría ser desactivada , lo que disminuiría en parte la capacidad nuclear rusa.
El episodio hizo recordar el trágico caso del submarino “Kursk” en el 2000, que después de un accidente se hundió con sus 118 tripulantes porque no recibieron ayuda en forma inmediata. En ese momento gobernaba Vladimir Putin, hoy primer ministro, y su actuación fue muy criticada.
El submarino afectado ahora es el K-84 “Ekaterimburgo”, uno de los navíos estratégicos rusos más poderosos, ya que puede transportar hasta 16 misiles nucleares . Estaba siendo reparado en Rosliakovo, un astillero naval militar ubicado en el puerto de Sveromorsk, en el Artico.
El reactor nuclear del navío estaba apagado y sus ojivas nucleares y otras armas habían sido retiradas antes de las reparaciones en el dique seco. El fuego comenzó el jueves en uno de los andamios de madera y de allí se extendió al casco. El problema fue que se extendió porque este submarino, como la mayoría de los de su tipo, está recubierto con un caucho para que sea más silencioso y difícil de detectar.
Las llamas se tornaron incontrolables por momentos y recién el viernes por la tarde los bomberos lograron apagarlas rociando el navío con agua para enfriarlo, según explicó Sergei Shoigu, ministro de Situaciones de Emergencia. Nueve personas, siete marinos y dos bomberos, tuvieron que ser hospitalizados porque se intoxicaron con el humo.
En un escueto comunicado, las autoridades rusas dijeron que el nivel de radioactividad en el lugar del incendio está dentro de las normas y no presentaba “ninguna amenaza para la población”. Sus vecinos noruegos se quejaron por la falta de información.
Gunnar Kjoennoey, gobernador en Finnmark, provincia noruega fronteriza, admitió que “ hubo problemas para obtener información clara del lado ruso . Tenemos un acuerdo para intercambiar información en este tipo de casos, pero hasta ahora la parte rusa no ha proporcionado información”. Fiscales militares iniciaron una investigación y Medvedev convocó a altos funcionarios de su gabinete para que le informaran de la situación y exigió que se castigara a los responsables.